Peor imposible

Cuando LeBron James decidió este verano dejar los Cavaliers de Cleveland por los Heat de Miami, el mánager general del conjunto de Ohio, Dan Gilbert, no se lo tomó muy bien y decidió mandarle una maldición. También le advirtió sobre el karma, que en su opinión no tardaría en ponerse en su contra por el mal que había hecho al abandonar al club de su estado natal. Sin embargo, como el propio LeBron James advirtió en la red social Twitter, el Karma no parece haber funcionado como Gilbert esperaba. Mientras Miami marcha segundo en la Conferencia Este, con un saludable balance de 36 victorias y 14 derrotas, Cleveland acaba de igualar, con 23, el récord de derrotas seguidas en una temporada en la NBA, y acumula 8 victorias por 42 derrotas.

Tras caer la pasada madrugada ante los Grizzlies de Memphis por 112-105, los Cavaliers han puesto su firma en el libro de estadísticas negativas de la Liga. Otros dos conjuntos comparten la fatídica cifra de 23 derrotas seguidas: los Grizzlies de Vancouver y los Nuggets de Denver. El equipo canadiense no entró con buen pie en la NBA, pues fue en su primera temporada en la Liga (1995/96) cuando acumuló los 23 encuentros perdidos. A final de año terminó con un doloroso récord de 15 victorias y 72 derrotas.

Los aficionados de Denver tuvieron que sufrir la misma suerte en la temporada 97/98, con el agravante de que su equipo acabó el curso con un balance de 11-71, el segundo peor de la historia, únicamente dos triunfos por encima de los que lograron los 76ers de Philadelphia en la 72/73: nueve victorias y 73 derrotas. Cleveland solo necesita llevarse un partido en lo que queda de año para, al menos, no empeorar esta marca.

Hay un equipo que aún ostenta una cifra peor de derrotas consecutivas que estos Cleveland, aunque para ello haya que sumar las derrotas del final de una campaña y del principio de la siguiente: los propios Cleveland, con 24, gracias a 19 derrotas para acabar la 81/82 y otras cinco para empezar la 82/83.

Con la salida de LeBron James el equipo de Ohio se ha desmoronado. Los Cavaliers eran un conjunto pensado para acompañar y dejarse guiar por una estrella como James. Una vez se han quedado sin Rey -uno de los motes que tenía LeBron- ninguno de sus lugartenientes ha sido capaz de pasar de escudero a general. Algunos, como Varejao, por falta de cualidades para ello, y otros a priori más capacitados, como Mo Williams, han dado un paso atrás. El número 2 de Cleveland ha pasado de promediar el año pasado 15,8 puntos, un 44,2% en tiros de campo y un 42,9% en triples a hacer esta campaña 13,6 puntos, un 38,7% en tiros de campo y un 26,6% en triples. A esto se le ha sumado un carrusel de lesiones desde el inicio curso. A mediados del mes de enero se juntaron en la enfermería cinco hombres: Anderson Varejao, Joey Grahan, Leon Powe, Anthony Parker y Daniel Gibson.

Cleveland está a dos partidos de superar su récord del año 83, algo que no parece imposible teniendo en cuenta que ha de recibir en casa a Dallas y a Portland, dos conjuntos superiores sobre el papel y con unos balances (33-15 y 26-23, respectivamente), muy lejos del de los Cavaliers. Tal vez demasiado para un equipo al que el karma parece haber olvidado definitivamente.