Una España de bronce
La selección de Valero Rivera concluye tercera tras superar a Suecia en un partido de infarto (23-24) y suma su segunda medalla mundialista tras el oro de Túnez 2005
España regresó a las medallas en el Mundial de Suecia ganando el bronce en un partido de infarto. La selección de Valero Rivera subió al podio para hacer olvidar a todo el mundo el descalabro que había sufrido en la primera aparición del técnico español, en el Mundial de Croacia en 2009, cuando acabaron 13º. El equipo tenía ganas, quería constatar que su nivel estaba muy lejos de aquel desgraciado resultado. Y en Suecia se fueron afianzando desde el primer partido, hasta ofrecer lo mejor de sí mismos al final de la segunda fase ante Islandia. Llegaron a las semifinales invictos y cayeron solo ante una Dinamarca inconmensurable. Pero frente a Suecia debían marcar la historia y supieron hacerlo.
ESPAÑA 23 - SUECIA 24
ESPAÑA: Sterbik (Hombrados), Rocas, Maqueda (1), R. Entrerríos (2), Aguinagalde (4), Ugalde (1), Cañellas (2) -siete inicial-. A. Entrerríos (3), Gurbindo (4), Garabaya, Parrondo (2), Juanín (1), Iker (4, 1 de p), Rodríguez y Morros.
SUECIA: Sjostrand (Andersson), Kallman (6), Jernemyr, Ekberg (1), Doder (2), Carlen (4), Jakobsson (2) -siete inicial-. Gustafsson, Lennartsson, Arrhenius, Larholm (5), Larsson, Petersen, Karlsson y Du Rietz (3).
ÁRBITROS: Krstic y Ljubic de Eslovenia.
MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 2-1, 4-3, 4-4, 5-6, 8-8. 11-11 (descanso). 12-14, 16-16, 19-17, 21-20, 22-21 y 24-23.
10.000 espectadores en el Malmoe Arena. Partido por la medalla de Bronce del Mundial de Suecia.
No fue un partido fácil, porque jugaban ante la animadversión de más de 10.000 espectadores y con la losa aún reciente de su única derrota. Pero la selección española supo sobreponerse anímicamente y logró reverdecer el oro del Mundial de Túnez en 2005 y recoger el testigo del Bronce de los JJOO de Pekín con el que Juan Carlos Pastor cerró su ciclo en la selección. La de hoy es la novena medalla de España en este deporte: tres platas y un bronce en los europeos, tres bronces en los JJOO y un oro y un bronce mundialistas.
El Bronce, sin embargo, se hizo desear. Los dos equipos plantearon el partido en base a defensas muy sólidas y unas porterías de calidad. Rivera salíó esta vez directamente con Sterbik y el portero de origen serbio no decepcionó. Realizó algunas paradas de mérito en la primera parte que permitieron a España mantenerse en el partido y concluir con empate a 11 los 30 primeros minutos. Sin embargo, parecía claro que el peso de la derrota ante Dinamarca seguía notándose en la mente de algunos jugadores. Alberto Entrerríos era el paradigma de esta situación. No salió de titular en ataque y cuando pisó la pista no logró perforar el marco de Sjostrand, portero del Barça y de Suecia.
Entonces, Valero optó por dar protagonismo a Iker Romero. Y el de Vitoria salió como un ciclón, con ganas de demostrar que a sus 30 años y a pesar de lo masacradas que tiene sus rodillas, sigue siendo capaz de ofrecer un balonmano de alto nivel. Iker se movió entre el central y el lateral izquierdo, tiró con soltura y cerró la primera parte con un gol de rosca desde el extremo culminando una jugada preparada que valió el empate a 11. Sin embargo, era evidente que España no podía arriesgarse a llegar a la parte final del partido con un resultado tan ajustado. Necesitaba una cierta renta para asegurarse la victoria en un ambiente tan adverso como el que tuvo en el Malmoe Arena.
El equipo estaba aguantando la embestida, pero era evidente que se necesitaban los mejores brazos para aspirar a la victoria. Y Valero sabía perfectamente que no podía prescindir de Alberto Entrerríos. Por eso le devolvió a la pista al empezar el segundo tiempo. Y el asturiano no falló esta vez. Fue siempre una amenaza que atrajo a la defensa y no solo marcó, sino que vio a los extremos y a pivote, ampliando el campo y abriendo a la defensa sueca. España se colocó tres goles por delante (19-16), pero Suecia recuperó la distancia y el partido se mantuvo igualado hasta el final.
Cualquier error podía ser una condena. Y ahí la defensa española y Sterbik jugaron una baza decisiva. España ganó, volvió a las medallas. El Bronce compensó al equipo por el esfuerzo y el buen nivel de juego que había desarrollado durante todo el campeonato.
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