Deferr: "Seguiré luchando por la gimnasia"
El campeón olímpico ha anunciado hoy su retirada en el CSD rodeado por su familia y representantes de la gimansia nacional
La imagen pública de Gervasio Deferr es la de un joven prodigio en pantalón corto, capaz de conseguir tres medallas, dos oros y una plata, en tres Juegos Olímpicos seguidos. Hoy ha aparecido en la sede del Consejo Superior de Deportes de Madrid con traje y camisa negra, vaqueros y zapatos de vestir, y una cuidada perilla, como el adulto que es. Escoltado por su madre y su hermano, Juan Pablo, al que idolatra; su amigo Víctor Cano, también olímpico en Sidney 2000; por los seleccionadores y todos los gimnastas del equipo nacional, entrenadores, jueces, y todo el que es alguien en el pequeño mundo de la gimnasia Gervi ha anunciado su retirada de la alta competición.
El catalán no volverá a luchar por las medallas, pero no dejará de hacerlo por su deporte, la gimnasia, desde los despachos. "Esto se hace más difícil que unos Juegos Olímpicos, estoy temblando. Ha sido un placer y solo puedo tener palabras de agradecimiento, también para cuatro instituciones: la Federación Catalana, la Real Federación Española de gimnasia, al Consejo Superior de Deportes y a el Comité Olímpico Español. Nunca dejaré de luchar por la gimnasia". El catalán, que a partir de ahora repartirá su tiempo entre la sala del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, de la que será responsable, el gimnasio que lleva su nombre en el barrio barcelonés de La Mina, y las reuniones de la Federación Española de Gimnasia, de la que es vicepresidente, también ha hecho una mención especial a su entrenador de toda la vida, Alfredo Hueto, que ahora entrena en México y del que ha destacado "que siempre ha estado ahí" y que "sin él todo esto no habría sido posible" y, sobre todo, a su familia, a su padre, ausente por un problema familiar, y a su madre, exiliados argentinos por la dictadura, y a su hermano mayor, "el gran sacrificado de todo esto".
Antes por la tribuna de oradores habían pasado el seleccionador Álvaro Montesinos y Víctor Cano, el juez Julio Marcos, el nuevo presidente de la federación, y antiguo compañero de equipo, Jesús Carballo, y el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. "He tenido que aprender a ser disciplinado", reconoció el campeón, visiblemente emocionado; "ya no tengo ganas de reivindarme ni de ser rebelde, lo que quiero es ayudar".
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