Federer no tiene piedad
El suizo solo cede cinco juegos en su debut contra Lacko
Sopla el viento y hace frío. En la primera jornada del Abierto de Australia, Melbourne, la ciudad de las cuatro estaciones, vuelve a hacer honor a su fama. Nada de eso sorprende a Roger Federer, que llega, apunto está de ajusticiar a un niño recogepelotas de un pelotazo, y gana su partido de primera ronda con la suavidad de su mano de seda: 6-1, 6-1 y 6-3 al eslovaco Lacko.
Hay victorias del número dos del mundo que por rutinarias son peligrosas. Se corre el riesgo de observar esos encuentros como meros trámites, conocida de antemano la altísima probabilidad de su victoria, lo que podría robar al observador la posibilidad de disfrutar de algunos momentos estelares. Federer ofrece siempre instantes deliciosos. Lacko, un tenista con futuro, avalado por haberle endosado un 6-0 a Rafael Nadal en el torneo de Doha, sufrió una tarde inspiradísima del suizo. El número dos le sorprendió con dejadas inverosímiles. Atacó abalanzándose sobre la pelota, que nunca tuvo la oportunidad de coger vuelo, tan abajo, tan temprano, tan deprisa, la esperaba el suizo. El número dos aplicó el látigo del revés con la coordinación, la intención y el veneno que tanto necesita para equilibrar su juego. Dejó la sensación de tener un guión, una estructura (es el trabajo de Paul Annacone, su técnico), con la que darle sentido a su inmenso talento. Por encima de todo, Federer avisó de su excelente momento de juego: solo cedió un break, se procuró siete y ganó 40 puntos más que su rival.
"¿Qué habrá pensado Lacko de todo esto?", le vinieron a preguntar a pie de pista al ganador de 16 títulos grandes. "¿Es que no se acuerda de cuando era joven y debutaba contra una estrella en la central de un grande?", le insistieron, como reclamando piedad. "Estoy seguro de que va a aprender mucho de esto, y de que en algún momento será muy bueno", contestó el suizo, sonriente. "Los últimos seis meses, desde que perdí en Wimbledon, han sido fantásticos, estoy disfrutando realmente".
Sus palabras cerraron el partido del campeón reinante. El martes, en el segundo turno, durante la madrugada española, Nadal debutará contra el brasileño Daniel. Federer, seguro, lo mirará de reojo: sabe que hay tenistas que siempre, sea la ronda que sea, dejan algo con lo que alimentar los ojos.
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