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Entrevista:CYRIL DESPRES Campeón del Dakar 2010

"Aprendí navegación sin haber ido nunca al desierto"

Tres veces campeón del rally Dakar en los últimos cinco años. Y Cyril Despres (Nemours, Francia; 1974) sigue ahí, peleando cuerpo a cuerpo con Marc Coma, el piloto que lo ganó en los dos años restantes. Andan como perro y gato. Aunque evitan siquiera mirarse, para ahorrarse las palabras. Ya se dijeron bastante el año pasado, cuando el francés acusó de tramposo al español. Los dos, miembros del mismo equipo, ambos con la misma moto, no quieren mirar al pasado. Y se niegan a hablar el uno del otro.

Pregunta. ¿Cómo fue su infancia?

Respuesta. Vivía en una casa, en un pueblito al lado de Nemours, donde no había muchos niños. Iba de vacaciones a España, a un pueblo cerca de Valencia, cuando era pequeño, al terminar la escuela. Tengo un hermano que tiene tres años más que yo y empezamos juntos a competir con moto de trial cuando yo tenía 14. Tuve que esperar tanto porque no tenía dinero para comprarme una moto. Y mi padre no corría en moto, ni mis tíos, ni nadie del pueblo; solo el hermano de un amigo de mi padre hacía trial.

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P. ¿Cuántos años hace que vive en Andorra?

R. Diez. Llegué en el año 2000, para un trabajo de mecánico. Casi no había empezado en mi nuevo trabajo cuando me contrató BMW, que buscaba un mochilero para Nani Roma.

P. Y habla catalán.

R. Si uno vive en un país, tiene allí su residencia, todas sus propiedades están en Andorra, qué menos que hablar la lengua del país y poder entenderse bien con la gente.

P. ¿Imaginaba que con el cambio de reglamento y la reducción de su KTM a 450cc ésta seguiría siendo la más competitiva?

R. Sí. Nuestros mecánicos son los que más experiencia tienen.

Trabajando con los mejores técnicos que hay en el rally yo sí esperaba tener una moto para ganar.

P. ¿No hay más marcas a la altura de KTM o no hay mejores pilotos entre el pelotón que Despres y Coma?

R. Creo que es más una cuestión de falta de experiencia de algunos pilotos que son rápidos, pero a los que les falta tiempo para pasar a un nivel superior.

P. Dijo que no solo en el ciclismo, sino también en el Dakar, había chuparruedas. De las casi 170 motos participantes, ¿cuántas diría que saben navegar? ¿O lo dijo por alguien en concreto?

R. Yo no soy nadie para hablar de los otros, ni digo que sea el mejor.

Yo también cometo errores de navegación, pero la verdad es he sido yo quien ha terminado muchas etapas el primero. Siempre hay chuparruedas.

En ciclismo es normal, en motos, no debería. Respecto a la navegación, los hay muy buenos, pero a quienes les falta un punto de velocidad.

Ullevalseter navega muy bien; también Street es un súper navegador.

P. ¿Qué ocurrió en Copiapó, donde el grupo entero de delante se perdió? ¿Quién se fio de quién?

R. Yo tenía el cuentakilómetros estropeado y seguí la trazada de Helder, que estaba justo delante. Y el resto de pilotos (Marc Coma estaba entre ellos) también me siguieron a mí. En el rally no tienes que seguir siempre a un piloto, tú puedes elegir la dirección a dónde quieres ir: algunas veces será la buena y otras no. Todo el mundo se pierde.

P. ¿Cómo de difícil le está resultando este año, en comparación con los otros dos celebrados en América?

R. Yo no soy muy dado a comparaciones entre África, Suramérica, Mauritania o Atacama. Yo vivo el momento presente y disfruto de lo que hay. Hasta aquí hemos tenido etapas especiales muy lindas, no sé si es porque las motos han perdido un poco de velocidad punta. Pero lo cierto es que no vamos tan rápido como fuimos en el pasado y yo tampoco me encuentro tan cansado al terminar las etapas. Fácil no es, pero tampoco muy duro físicamente, aunque ha habido etapas muy largas.

P. El año pasado ya tuvo que andar 45 minutos sin gafas, algo que no le había ocurrido nunca, a causa de la niebla en Copiapó. ¿Tan molesto es?

R. Nosotros no tenemos los limpiaparabrisas que tienen los coches, así que hay que guardarse un papelito en el casco para limpiarse las gafas, que se empañan en ocasiones así. La niebla es un problema, porque además, se junta con el polvo que levantan los pilotos y la arena del helicóptero. Terminas por no ver nada.

P. ¿Cuánto cuesta mantener ese físico? ¿Ya no tiene 20 años, nota mucho la diferencia?

R. Es un trabajo de todo el año. Pero no cuesta especialmente, salvo cuando estás lesionado o tienes que recuperar alguna parte del cuerpo en concreto. Por lo demás, en el momento en que tenga que hacer un esfuerzo para ir al gimnasio o a la piscina o a donde sea es que no tendré ganas de competir. De momento, no hago ningún esfuerzo para entrenarme.

P. Dice que en el Dakar siempre aprende algo nuevo. ¿Qué ha aprendido este año?

R. El otro día estábamos en un río y me asusté porque vi a Viladoms en tierra. Levanté la mano para saber si estaba bien. Y entonces me caí yo. ¡Con los años de experiencia que tengo! No se pueden levantar las manos del manillar cuando estás sobre las piedras en un río. Eso he aprendido.

P. ¿Qué le enseñaron a usted, al principio, por ejemplo, personajes como su amigo Peterhansel?

R. Me enseñaron mucho. Pero no porque fuera preguntando a la gente; tienes que aprender a escuchar y aprender de la experiencia de los demás. Yo aprendí navegación con un cliente del taller mecánico donde trabajaba en París. Allí la gente venía a preguntar y a hablar de motos en el taller, y aprendí sobre el desierto y la navegación sin haber ido nunca al desierto. Solo escuchando e intentando comprender cómo se hace.

P. Tiene una niña, Gina, de cinco meses. ¿Cómo la echa de menos estos días?

R. De momento, debo hacer bien mi trabajo. Así que, sencillamente, cuando vuelva la veré. No necesito llamar a mi novia cada día o tres veces al día para ver si la niña está bien. Volveré y nos iremos juntos una semana de vacaciones. Aquí venimos a trabajar y tratar de hacerlo lo mejor posible.

Cyril Despres, durante la penúltima etapa del Dakar.
Cyril Despres, durante la penúltima etapa del Dakar.EFE

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