Marejada en el Sporting
Preciado se queda casi sin credito tras la derrota frente a un Málaga que se limita a aprovechar los regalos locales
El Málaga no necesitó de todos los fichajes que le han llegado por Navidad para hundir al Sporting en la miseria . Ya se hundió el Sporting solito, facilitando dos goles que el equipo de Pellegrini no mereció por juego. Los tres puntos y los refuerzos del jeque -el último fue el delantero Baptista, que a sus 29 años firmará por lo que resta de temporada y tres más procedente del Roma- disparan la euforia en la Costa del Sol. Por el Cantábrico, marejada rolando a fuerte marejada. Huele a fin de ciclo porque a Manuel Preciado se le agota el crédito que se ganó en sus cuatro primeros años después de doce partidos sin ganar entre Liga y Copa.
Del primer tiempo solo se pueden rescatar los últimos cinco minutos, en los que se movió el marcador, aunque fuese de aquella manera. Por un penalti de esos en los que cualquier mano dentro del área es sancionada, haya o no intencionalidad, esté el brazo más o menos despegado. Y por una falta absurda de Carmelo y ridículamente defendida por sus compañeros; Duda solo tuvo que poner el balón en el punto de penalti para que Weligton lo desviase lejos de Cuéllar, de nuevo titular.
SPORTING 1- MÁLAGA 2
Sporting: Cuéllar; Lora, Botía, Gregory, José Ángel: Eguren (Nacho Novo m. 62), Rivera; Carmelo (Bilic m. 59), De las Cuevas, Diego Castro, y Sangoy.
Málaga: Arnau; Jesús Gámez, Kris, Welligton, Mitiliga, Quincy (Portillo m. 69), Apoñó, Eliseu (Fernando m. 87), Recio, Duda y Rondon (Baha m. 76).
Goles: 1-0 Diego Castro, de penalti (m. 41), 1-1: Wellinton (m. 45), 1-2: Apoño, de penalti (m. 58).
Árbitro: Teixeira Vitienes. Mostró tarjeta amarilla a Kris (m. 27), Mitiliga (m. 39), Eliseu (m. 40), Eguren (m. 48), Cuéllar (m. 57), Botía (m. 67), De las Cuevas (m. 84) y Bilic (m. 88)
18.000 espectadores en El Molinón.
Cuéllar apenas tuvo trabajo, igual que su colega Arnau. El fútbol fue tan pobre que casi no hubo remates a las dos porterías. Por eso los goles tuvieron que llegar a balón parado. El último, tras un error de infantil del veterano Eguren, que facilitó la cabalgada de Eliseu y el penalti de Cuéllar transformado por Apoño. Antes del parón navideño, Preciado aseguró que nunca se había sentido con el agua al cuello.
Sí pareció tener esa sensación con el 1-2, ya que hizo dos cambios que sonaron a todo o nada. Pasó a jugar con dos delanteros y dejó solo a Rivera contra el mundo, ya que De las Cuevas no pudo reprimir su vocación ofensiva. El Sporting le echó un poco más de genio, pero ni un gramo de fútbol. El Málaga, el equipo más goleado con diferencia de Primera, se marchó sin un rasguño.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.