La agitada mañana de Marta
La atleta presta declaración en el cuartel de la Guardia Civil en Palencia.- Los agentes abandonan su domicilio con un ordenador portátil y una caja de cartón
Cuando la madre de la fondista Marta Domínguez aparece por la calle Valdivia de Palencia, donde puede ver la casa de su hija desde las ventanas de la suya, piensa en que viene una gala deportiva, en premios, en que por algo debe haber tantos periodistas. Lo que ocurre, sin embargo, es que la Guardia Civil registra el domicilio de la atleta.
Lo que pasa, sin embargo, es que ya están a punto de salir los agentes con un ordenador portátil y una caja de cartón. Y lo que ven sus atónitos ojos, ojos de madre sorprendida, es cómo ni siquiera su hijo, vestido en plan atleta, chándal y deportivas, puede acceder a la casa de Marta Domínguez. La atleta declara en las dependencias de la Guardia Civil de Palencia.
Fue una mañana agitada. Salían los niños del colegio cercano entre gritos y pitidos. Se guarecían los policías de paisano en sus vehículos, bien pertrechados con forros polares rojos para combatir las bajas temperaturas. Y permanecía cerrada a cal y canto la casa de la deportista mientras en su interior se procedía al registro.
La mujer de Marta expresó su sorpresa. Fue reclamada al interior de la vivienda por su hijo. Y en la despedida, mientras rechinaban las ruedas de los coches de la Guardia Civil, que salió a la estampida; mientras se movían vigilantes las furgonetas de la Policía Local, con las luces encendidas; y mientras empezaban a llegar los reporteros, la madre de la fondista tuvo tiempo de expresar su sorpresa. "¡Pero si tenía que estar en el hospital!", dijo sobre su hija, embarazada.
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