El último segundo de Gurpegui
El Athletic aprovecha la jugada final para batir a un buen Osasuna
La teoría de la manta es interminable. Cuando se tiene frío y los medios justos, hay que elegir entre guarecer la cabeza o los pies. Al Athletic le tocaba proteger su cabeza, es decir su cuarto trasero, tras la multitud de sobresaltos que le han acosado en esta Liga. Y lo hizo con más fe que estrategia, con más actitud que táctica. Sabía que se jugaba el partido ante un rival que no le iba a perder la cara en la disputa física y anímica y que, además, le planteó un partido trampa sin un solo delantero, con muchos jugadores falsos, es decir móviles, sin que los centrales del Athletic tuvieran nada que fijar.
Pero hay una parte en el fútbol gobernada por la casualidad. Y la casualidad quiso que Gurpegui, un navarro, cazara el último saque de esquina del partido, la última jugada del encuentro, para marcar el gol de la victoria, el gol ocasional del triunfo, el gol anecdótico del éxito.
Athletic 1 - Osasuna 0
Athletic: Iraizoz; Iraola, San José, Amorebieta, Aurtenetxe; Susaeta (Gabilondo, m.62), Gurpegui, Javi Martínez, Muniain (Ion Vélez, m.86); Toquero (David López, m.75) y Llorente.
CA Osasuna: Ricardo; Damiá, Sergio, Miguel Flaño, Monreal; Puñal, Nekounam; Juanfran, Soriano (Pandiani, m.75), Masoud (Vadócz, m.89); y Camuñas.
Goles: 1-0, m.92: Gurpegui.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité gallego). Mostró tarjeta amarilla a los locales Amorebieta, Muniain y Gurpegui, y a los visitantes Puñal y Monreal.
Incidencias: Todo el papel vendido y unos 36.000 espectadores en San Mamés. Tarde fría y húmeda. Terreno de juego en buenas condiciones. Decimotercera jornada de Liga. En los prolegómenos del partido se exhibió sobre el césped una pancarta de apoyo a la Candidatura Ibérica a los mundiales de 2018 y 2022. En el minuto 15 de partido un aficionado del Athletic saltó al terreno de juego desde el fondo Norte portando una bandera saharaui y fue retirado por la seguridad privada del campo.
Fue un duro castigo para Osasuna, que planteó el partido perfecto frente al Athletic: le dejó sin referencias en el ataque, maniatando Sergio a Llorente y con Camuñas trasteando a toda la defensa rojiblanca, que tardó más de medio partido en dar con la tecla que pudiera desactivarle. Solo Muniain, otro navarro, era capaz de fundir los plomos de Osasuna con su habitual exceso de voltaje, que derretía las opciones de Damià, su presunto marcador. Pero era un partido plano del Athletic, escaso de ocasiones. Las únicas claras fueron un cabezazo de Llorente salvado en la línea de gol por Monreal y un córner olímpico de Susaeta que repelió el larguero. Osasuna sorprendía con sus futbolistas de calidad: Juanfran y sus quiebros, Camuñas y su movilidad y Soriano y su sorpresa. Pero le faltaba remate. Y quiso el destino premiar a Gurpegui como podía haber premiado a cualquier otro.
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