"Había una consigna y salió bien"

Acabó el encuentro y, en lugar de ser preguntados por una nueva goleada, por la primera posición en el grupo o por el gran clásico contra el Barcelona del próximo lunes, el entrenador y los jugadores del Madrid tuvieron que responder a la misma cuestión una y otra vez: "¿Provocaron Xabi y Ramos intencionadamente sus expulsiones?". La jugada le salió redonda al Madrid. El medio y el defensa fueron expulsados. Gracias a esta tarjeta roja no jugarán el último (e intrascendente para el Madrid) partido contra el Auxerre y pasarán a los octavos de final con solo una amarilla en el zurrón (el ciclo para perderse un partido por sanción es de una roja o tres amarillas, de las que ya cargaban con una de encuentros anteriores). Sin embargo, tanto los jugadores como Mourinho negaron cualquier componenda.

"Queríamos decirnos algo dentro del campo. Había que dar una consigna a un jugador y Dudek me la transmitió. Por suerte, ha salido muy bien", dijo Casillas a pie de campo sobre su diálogo primero con Dudek, que llegó del banquillo tras hablar con José Mourinho, y luego con Ramos. El portero modificó luego, al salir del vestuario, su discurso: "Dudek vino a preguntarme cómo estaba del estómago \[había pasado una mala noche por unas molestias\] y luego yo le dije a Ramos que tuviera cuidado con un delantero del Ajax". Entonces apenas faltaba un cuarto de hora para el final del encuentro y el Madrid ya dominaba plácidamente por 0-3. "Las tarjetas no han sido buscadas. Viendo cómo iba el marcador, el árbitro se las podía haber ahorrado, pero me ha expulsado y ya está", explicó Ramos, que añadió: "Nos hemos tapado las bocas al hablar porque hoy en día las cámaras captan todas las conversaciones y son cosas privadas que solo tenemos que saber los jugadores".

Mourinho se encargó de echarle la culpa al colegiado. "Es un partido que tenía que ser sin tarjetas y el árbitro saca una de aquí y una de allá por cosas naïf \[inocentes\]. Es un partido muy fácil de controlar y a la primera falta de Ramos le enseña la tarjeta amarilla. Y las últimas son tarjetas que no debe sacar en un partido que ganamos por 4-0. No me gusta que nos saquen tarjetas por parar el partido cuando estaba resuelto", dijo el mismo técnico que acusó a su colega del Sporting, Manolo Preciado, de vulnerar las reglas del juego limpio. Mourinho acabó afirmando que su equipo hará todo lo posible para ganar al Auxerre y asegurar una competición justa.

El resto de los jugadores pasó de puntillas por la polémica. "Yo no me he enterado de nada. No he visto órdenes. Sí notábamos un retraso en el saque de la falta de Xabi y lo mismo con Ramos, pero nada más", dijo Albiol.

La UEFA puede ahora investigar si el equipo madridista es culpable de conducta antideportiva. En esta fase de grupos ya sancionó al portero barcelonista Pinto con dos partidos por intentar confundir a un rival simulando el silbato del árbitro.

El equipo de Mourinho cerró el pase a los octavos como primero de grupo. El portugués concedió una entrevista a la revista France Football, que fue publicada ayer, en la que se presentó como un personaje contracultural: "Vivo y trabajo en un mundo en el que no puedes decir lo que piensas. Nunca puedes decir la verdad. Mi mayor defecto es no ser diplomático, no ser hipócrita, no ser pelota. Gracias a Dios, me falta modestia".