"Mi carrera ha sido mejor de lo que nunca hubiera imaginado"

Es difícil distinguir a los pioneros entre la amplia colección de deportistas que engalana la edad de oro del deporte español. El momento de la retirada suele poner en valor las hazañas de los currículos enciclopédicos y el de Carlos Moyà es uno de ellos. El tenista mallorquín fue el primer número uno español de la historia del tenis, deporte que abandona a los 34 años después de dos temporadas marcadas por las lesiones y con 20 títulos en su palmarés, entre los que destaca el Roland Garros de 1998. "Me retiraré el próximo mes en el Masters Nacional de Sevilla", confirmó el tenista balear.

Carlos Moyà Llompart (Palma de Mallorca, 1976) se proclamó campeón de Europa júnior en 1994 y un año más tarde saltó al circuito profesional. En 1997 se convirtió en el primer español que alcanzaba la final del Abierto de Australia desde que Andrés Gimeno lo lograra en 1969. En aquella ocasión no pudo derrotar a Sampras, pero su papel en el torneo le valió para encaramarse a los puestos nobles del escalafón mundial.

Su fama traspasó lo meramente deportivo y se convirtió en icono publicitario. Había llegado para quedarse y la temporada siguiente fue la de su consagración. Además del Roland Garros, en 1998 disputó la final de la Copa de Maestros y llegó a las semifinales del Abierto de Estados Unidos. Al año siguiente, el ránking corroboró su proyección. El 15 de marzo de 1999, con Pete Sampras aún en activo, se convirtió en el primer tenista español en alcanzar el número uno desde la creación de la Era Open en 1973. Lo conservó durante dos semanas.

Pero pronto comenzaron a castigarle las lesiones. "Me retiro por una artrosis que padezco desde los 20 años. Me operé en abril del año pasado pero nunca me llegué a recuperar", confesó Moyá en la rueda de prensa en la que anunció su retirada.

En el año 2000 los problemas físicos impidieron su participación en los juegos de Sydney, pero en la siguiente cita olímpica en Atenas 2004 rozó la medalla en el torneo de dobles junto a Rafa Nadal. La eclosión de Rafa era imparable y Moyà se convirtió por veteranía y paisanaje en el mejor padrino del tenista manacorense, que ese mismo año le arrebató los focos en la Copa Davis que el equipo español conquistó ante Estados Unidos en Sevilla. La Armada española tiene en Charly a uno de sus grandes referentes y sus compañeros así lo han reflejado en sus emocionadas muestras de apoyo tras la retirada. "Es un día triste porque se retira un grande", ha declarado Feliciano López. "Ha hecho grandes cosas por el tenis y por el deporte de nuestro país", añadió Verdasco.

Rafael Nadal, que ha crecido bajo la 'tutela' de Moyà, ha tenido palabras de cariño para su compañero. "Merece una gran despedida y el reconocimiento de todos". Su tío Toni Nadal refrendó la admiración por Moyà. "A su manera, cambió la mentalidad del juego demostrando que el tenista español no solo era bueno en tierra batida sino también en pistas rápidas", explicó.

En 2006, Moyà abandonó los puestos de privilegio del tenis y comenzó un elegante declive marcado por las lesiones. Este miércoles, Moyà ha puesto el punto final a más de 15 años de carrera con 20 títulos, 24 finales y un balance de 575 victorias y 319 derrotas.

"Quería jugar los grandes torneos y despedirme, pero llegué al torneo de Madrid y, aunque no estaba al 100%, las ganas me pudieron. Ahí me di cuenta de que había llegado el momento. Intenté todo para curarme, pero no pudo ser", sentenció. El tenista, casado con la modelo y actriz Carolina Cerezuela, que le acompañó en su despedida, escenificada en un hotel de Madrid, estrenó paternidad el pasado verano y a partir de ahora espera "dedicar mucho tiempo a su familia". "He tenido una carrera mucho mejor de lo que hubiera podido imaginar. Mi derrota más dura ha sido estar lesionado, porque cuando estás lesionado no tienes opción de perder", concluyó Moyà.