La hora de Noah (hijo)
Joakim Noah juega en los Bulls y es el máximo reboteador de la NBA. - Es hijo del último ganador francés de Roland Garros, la persona más querida de Francia
Si tener una vida particular es ser jugador de la NBA, hijo de un tenista reconvertido en cantante y de una modelo sueca, además de ser de cuatro países diferentes, Joakim Noah (Nueva York, 1985) la tiene. El pívot de los Chicago Bulls, de 2,11, ha comenzado en buena forma esta temporada. Ausente en el Mundial de Turquía, Noah ha cerrado los seis primeros partidos del campeonato con seis dobles-dobles (con 15 puntos de media) y, además, encabeza la clasificación de los mejores reboteadores de la NBA (15 por partido). Nadie en los Chicago Bulls lograba un registro así desde Artis Gilmore, autor de once dobles-dobles consecutivos en 1978.
Quizá sea esta la temporada de la explosión en la NBA de Noah, como lo fue la de 2006 en la Liga Universitaria con Florida. Allí llegó procedente del instituto. En aquella época, descartada ya la opción de la raqueta, el hijo mayor de Yannick Noah destacaba en las canastas de las bohemias calles del Soho de Nueva York, donde creció con su madre, Cecilia Rodhe, Miss Suecia 1978. Pero la primera temporada en Florida la pasó casi entera en el banquillo. Su juego explotó en la siguiente campaña (14,2 puntos por partido y 7,1 rebotes) y atrajo la atención de la cúpula de la NBA con los dos títulos consecutivos que obtuvo en la NCAA. En ambos tuvo un papel muy destacado como jugador bajo el aro y como líder en el centro de la pista.
En 2007 fue elegido con el número nueve del draft por los Chicago Bulls y un año más tarde tuvo que tomar una decisión: elegir selección. Lo que para muchos jugadores es una operación natural se complica cuando tu abuelo es camerunés, tu padre francés, tu madre sueca y has crecido en Nueva York, como le ocurre a Joakim Noah. Cuatro países le pretendían y acabó eligiendo a Francia, aunque por su contrato con los Bulls no ha podido jugar ni en el Europeo 2009 ni en el Mundial 2010. Se entiende el júbilo con el que fue recibida su elección en el país galo si se tiene en cuenta que su padre, Yannick Noah es, desde 2007, el personaje más querido de Francia, según una encuesta que publicó Le Journal du dimanche y que realizó el instituto IFOP.
Noah padre, Yannick, es una leyenda de aquella Francia de los ochenta que empezaba a aceptar que sus tres colores no eran sólo el rojo el blanco y el azul de su bandera, sino el black, blanc, beur (negro, blanco y magrebí) de su población. Hijo de camerunés y francesa, Yannick Noah ganó Roland Garros en 1983 (es el último francés que lo ha conseguido hasta ahora) y fue campeón de la Copa Davis como capitán en 1991 y 1996.
El primero de esos trofeos ha marcado el imaginario colectivo francés de los últimos años. Aquella tarde de diciembre de 1991 en Lyon sucedió algo que no se había visto todavía y que solo se repetiría con la explosión de euforia que siguió a la victoria de la selección de fútbol en 1998. Todo el país se reunió ante la televisión para celebrar los éxitos del hijo de un inmigrante, de un deportista negro. Como símbolo de aquello, el equipo al completo dio una vuelta al campo cantando el tema Saga Africa, compuesto por el propio Yannick y que está escrito en una mezcla de francés y expresiones camerunesas.
Noah padre tiene ahora 50 años y desde hace diez se dedica íntegramente a la música mestiza, con un notable éxito en Francia. Mientras, su hijo saca los codos bajo el aro luchando por quitarse el peso de su apellido. Quizá lo consiga lejos de Francia.
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