Frenazo a la recalificación del Barça
El club cree que el beneficio económico no compensa la pérdida de terreno
La junta directiva del FC Barcelona presentó ayer a la Generalitat de Cataluña una alegación para que suspenda la tramitación de la recalificación de los terrenos del Miniestadi. El proyecto de remodelación fue planteado ya en la presidencia de Josep Lluís Núñez y Joan Laporta le dio el último empujón. Con él, pretendía urbanizar los terrenos donde se asienta el Miniestadi y captar una importante fuente de ingresos que permitiese la remodelación total del Camp Nou, proyecto que en su día ganó el inglés Norman Foster. En su reunión de ayer, la junta de Sandro Rosell estimó que el proyecto no responde a las necesidades del club ni de la ciudad y optó por paralizarlo y reflexionar sobre el uso que deben dar a estos terrenos en el futuro.
"El plan actual plantea incógnitas jurídicas y el resultado que ofrece no es satisfactorio para nuestra entidad", indicó Jordi Moix, directivo responsable del área de patrimonio. "Los rendimientos urbanísticos contrastados con las cargas que conlleva la operación dan un resultado poco generoso económicamente para el club. Y perdemos siete u ocho hectáreas de propiedad que podrían perjudicarnos en la realización de otros proyectos, como el nuevo palacio de deportes o incluso la remodelación del estadio". De llevarse a cabo el plan tal como estaba acordado, una de las primeras obligaciones contractuales del Barcelona sería pagar 35 millones de euros para hacer frente a las compensaciones que demanda la recalificación.
La suspensión entró ayer en los despachos de la Generalitat y se notificó también al Ayuntamiento. "Debemos reflexionar de nuevo en cómo utilizar este espacio", insistió Moix, que ya anticipó que se tardaría en poder tramitar una nueva remodelación del Miniestadi.
La pelota ahora está en el tejado del Ayuntamiento de Barcelona porque es la Administración la que impulsa la modificación del Plan General Metropolitano (PGM), después de firmar un convenio con Laporta. El Consistorio aprobó la modificación, que debe ser aprobada, a su vez, por la subcomisión de Urbanismo de la Generalitat. Lo que resultaría ilógico es que el Consistorio propusiera un cambio urbanístico en unos terrenos con la oposición de su propietario, el Barça. El panorama se complica más por el calendario electoral: autonómicas el mes próximo y municipales en mayo.
Portavoces del Consistorio barcelonés intentaban ayer quitar hierro al asunto: "Es lógico que el club se tome un cierto tiempo de maduración y de reflexión". La marcha atrás de la recalificación del Miniestadilleva camino de convertirse en un nuevo quebradero de cabeza para el alcalde, Jordi Hereu, que defendió con vehemencia la bondad de la operación para la ciudad mientras directivos de la anterior junta hablaban de "hacer dinero".
El Consistorio lleva más de una década a vueltas con la recalificación del Miniestadi. El llamado Barça 2000 ya se estrelló por la oposición vecinal. El actual plan —que prevé 1.600 pisos, un hotel, oficinas y equipamientos— ya levantó polvareda en su tramitación y puso en evidencia la división del gobierno de Hereu, que tuvo que apoyarse en CiU y ERC —en la oposición— ya que ICV votó en contra; el PP, también. Los vecinos rechazaban el "pelotazo" de un nuevo barrio en los terrenos del Miniestadi.
La recalificación deberá determinarla ya el nuevo Gobierno, que, según las encuestas, podría ser de Convergència i Unió. "No puedo concretar nada sobre fechas ni sobre si nuestra decisión afectará al nuevo Palau", agregó Moix. "Todo dependerá de las respuestas que obtengamos del futuro Gobierno y del Ayuntamiento"., ue también es parte implicada".
Lo que sí quedó claro es que urge la construcción de un nuevo Palau, puesto que la Euroliga exige para la próxima temporada pabellones con una capacidad mínima de 10.000 espectadores. La del azulgrana es de 7.585 asientos y lo más probable es que el equipo tenga que jugar sus partidos europeos en el Sant Jordi, con un aforo que ronda las 17.000 plazas. "Nuestra decisión responde a un compromiso electoral. Prometimos hacer una revisión profunda de la gestión patrimonial del club y es lo que estamos haciendo", afirmó Moix. "El club tiene vocación de permanencia en este espacio de la ciudad. Contamos con 20 hectáreas del Miniestadi y debemos reflexionar sobre cómo utilizarlas de forma que club y ciudad puedan convivir sin conflictos".
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