Tarde plácida en Getafe

La novela tuvo un comienzo trepidante y un desenlace entretenido pero careció de nudo y sustancia. El Getafe firmó una plácida goleada ante un Levante falto de plan y escaso de espíritu. Ya lo advirtió Michel. "Toca reinventarse", contaba en pretemporada el entrenador aplicándose la esencia de perpetua reconstrucción del club. Y en esas se presentó el Getafe en el Coliseum.

En la primera jornada de Liga los de Michel con las piernas aún temblorosas, mitad por el miedo, mitad por el cansancio, tras la sudada clasificación europea en Nicosia, cedieron ante el vigor del Espanyol. Ayer, la predisposición fue otra y el marcador lo refrendó con holgura. Mucho antes de merecerlo los locales encontraron el premio del gol. A los cuatro minutos un cándido centro de Parejo desde la derecha descubrió la fragilidad de la defensa levantina que permitió el remate sin oposición de Gavilán. Sin tiempo para recomponerse, el Levante recibió mayor castigo. Mosquera cogió a contrapié a los centrales granotas y su pase en profundidad lo recogió con viveza Colunga para superar a Munúa tras deshacerse con facilidad del enclenque Robusté.

Parecía una tarde propicia para la fiesta local pero la goleada solo llegó al final. Este Getafe es aún un equipo sin firmeza suficiente para gobernar incluso los partidos encarrilados. Bastó un balón en largo a la espalda de Cata Díaz para que los de Luis García sacudieran sus miedos y los locales destaparan sus dudas. El central argentino, firme y aguerrido en el cuerpo a cuerpo, descubre unas bisagras chirriantes cuando se trata de remar a mar abierto. La elegante zancada de Jordá destapó el agujero y con una sutil vaselina batió al pusilánime Ustari.

Tres goles en apenas un cuarto de hora destartalaron las pizarras. Los equipos se sumieron en el desconcierto tras agotar súbitamente el repertorio que tenían destinado a los noventa minutos. Nadie mostraba criterio para gobernar el y el balón quedó desamparado.duelo. La indefinición, a medio camino entre la incapacidad y la vacilación, se prolongaba porque eEl Levante intuía accesible el botín del empate y el Getafe temía desarmarse en busca de una victoria más holgada. En esa dirección fueron los cambios. Michel recurrió a la experiencia de Casquero y Luis García a la profundidad de Valdo. Tuvo la sentencia Parejo tras una meritoria combinación entre Gavilán y Colunga pero se topó con Munúa. Pero la falta de ambición de ambos conjuntos sumió el juego en un trámite funcionarial de pases insustanciales. Cumplido el minuto 90 el Levante decidió dimitir con el modesto consuelo de una derrota digna y el Getafe lo aprovechó. Gavilán se sacó un zapatazo desde la frontal para sellar el 3-1 y Arizmendi retrató la languidez levantinista para completar la goleada. A pesar de contar en sus filas con jugadores de largo recorrido el cuadro de Luis García pagó de nuevo la novatada en su regreso a Primera como ya le ocurrió en el estreno ante el Sevilla. El Getafe está por consolidarse, el Levante por construirse.

Getafe 4 - Levante 1