El enigma Djokovic
Tras su épica semifinal ante Federer, el serbio afronta la misión de recuperarse para la final en menos de 20 horas
Para que el serbio Novak Djokovic juegue su tercera final grande tiene que ocurrir una cosa impensable: que remonte dos puntos de partido frente al suizo Roger Federer, para muchos el mejor tenista de todos los tiempos. La hazaña provoca varias preguntas que en realidad son la misma: ¿Corre el serbio el riesgo de dar el torneo por finalizado? ¿Es tanta la alegría, tanta la felicidad por haberse escapado del final anunciado, como para no competir bien en el encuentro decisivo? ¿Pesarán mucho las más de 3h30m de semifinal al día siguiente, hoy, bajo el sol y ante Rafael Nadal, el jugador más en forma del mundo? Algunas respuestas por boca de Djokovic, solo 20 horas antes del partido.
Primera. "En cuanto a la recuperación, haré todo lo que se les pueda ocurrir para recuperarme...todo lo que sea legal. Me recuperaré emocionalmente con mi novia y haré un par de cosas de las que no puedo hablar aquí. No es lo que están pensando. Sé lo que están pensando". Segunda. "Este encuentro contra Federer es uno de esos partidos que recordarás toda tu vida. Estoy muy orgulloso, aunque estaba tan exhausto al final que no pude mostrar mis emociones". Tercera. "Debo intentar mantener la calma, ser estable. Después de un partido tan grande, es difícil, porque estás muy contento". Y cuarta. "No es un secreto: estoy cansado. Exhausto. El quinto set fue intenso física y mentalmente, consumió mucho de mí. Seguro que encontraré fuerzas...".
Todo mentira. Puede que el serbio, desde ayer número dos del mundo, esté cansado. Puede que la semifinal haya consumido su interior, esa cosa intangible que da fuerza a las decisiones, fibra a las iniciativas. Y puede, quizás, que solo la lluvia, que ayer se propuso invocar con cualquier ritual posible, sea el único elemento que le permita tener el necesario tiempo de descanso para disputar el partido decisivo con plenas garantías. Djokovic, sin embargo, ha ganado los tres últimos partidos que le han enfrentado a Nadal. Djokovic, sin embargo, ha ganado siete encuentros contra el número uno sobre cemento. Djokovic, será por algo, suma dos finales y dos semifinales en sus últimas cuatro participaciones en Flushing Meadows. Y Djokovic, pura dinamita, es un hombre capaz de producir ganadores desde cualquier lado, estable como pocos desde el fondo, incisivo como ninguno, que solo se teme a sí mismo y a los problemas que pueda tener con su hombro y su saque. Cuidado.
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