El comodín de Holanda
A pesar de no destacar en sus distintos clubes, el defensa Boulahrouz no ha faltado a ninguna gran cita con su selección desde 2004
Khalid Boulahrouz (Massluis, Holanda; 1981) ha tenido una controvertida carrera como futbolista. Desde que debutó con el modesto Waalwijk holandés, en 2001, ha tenido muy pocas temporadas destacables pero, desde 2004, no ha faltado a ninguna cita internacional importante con Holanda. Es una de las alternativas más serias que tiene el seleccionador holandés, Bert van Marwijk, para cubrir, el martes en la semifinal contra Uruguay, la baja por sanción en el lateral derecho de Gregory van der Wiel.
Su juventud fue turbulenta. Estuvo en cinco equipos filiales distintos, entre los que destacan el Ajax, el Haarlem y el AZ. Cuando tenía 16 años, murió su padre y no encontró la estabilidad como futbolista hasta que recaló en el primer equipo del Waalwijk. Tras 64 partidos en la Eredivisie, fichó por el Hamburgo alemán en 2004. Estuvo dos años en la Bundesliga. Allí, se ganó el apodo de Khalid el Caníbal porque con su dureza a la hora de defender parecía que se comía a sus rivales. En la temporada 2005-2006, formó, junto con su compatriota Van Buyten, el eje central de la zaga menos goleada del campeonato alemán. Ese verano, jugó el Mundial y participó en los cuatro partidos de la selección oranje. En los dos primeros encuentros, salió desde el banquillo, pero en los dos últimos partió de titular. El enfrentamiento de octavos, en el que Holanda perdió contra Portugal (1-0), fue un buen ejemplo de la dureza de El Caníbal. Fue expulsado por doble tarjeta amarilla tras hacerle una entrada con los tacos por delante a la altura de la ingle a Cristiano Ronaldo y propinarle un codazo a Luis Figo en un forcejeo. El partido fue especialmente brusco, el árbitro expulsó a cuatro jugadores y amonestó a otros ocho. En un partido así, Boulahrouz no iba a salir indemne.
A pesar de esta última actuación, fichó por el Chelsea de Mourinho en septiembre. Este cambio de aires no estuvo exento de polémica; en Alemania aseguraron que fingió una lesión de tobillo en la fase previa de la Liga de Campeones contra Osasuna para no frustrar su fichaje con el club inglés. El negó dichas acusaciones, pero esa lesión le permitió jugar su mejor partido con el equipo de Standford Bridge, contra el Barcelona en la fase de grupos de la máxima competición europea. Boulahrouz secó a Ronaldinho, la gran estrella azulgrana. Pero sus buenas actuaciones se quedaron ahí. Sufrió dos lesiones graves, una de rodilla y otra de hombro, y pasó más tiempo en el banquillo que en el campo. En verano de 2007, se marchó cedido al Sevilla en busca de minutos de cara a la Eurocopa, que se celebró en Austria y Suiza un año más tarde.
Boulahrouz tampoco triunfó en España, solo jugó siete partidos. Marco van Basten le dejó fuera de la primera lista de seleccionados para la Eurocopa, pero una lesión del delantero Ryan Babel dejó una plaza libre para Boulahrouz. El defensa acabó jugando los cuatro partidos de su equipo. Especial relevancia tuvo el último encuentro. En cuartos, Holanda se enfrentó a Rusia, pocos días después de la muerte de su hija recién nacida, y los oranje cayeron por 1-3. Después de la competición, volvió a Alemania, a las filas del Stuttgart. En su primera temporada, dio la impresión de que había vuelto el defensa versátil y seguro que destacó en su etapa anterior en la Bundesliga, pero este año ha vuelto a las andadas con una actuación muy discreta (solo ha jugado 8 partidos con su equipo).
La llegada de van Marwijk a la selección holandesa tampoco le ha ayudado. Boulahrouz ha sido el cuarto jugador de los que están en Sudáfrica que menos jugó en las fase de clasificación. Por detrás de él, solo están el tercer portero Boscheker, que no jugó ningún minuto, y los jóvenes Braafheid y Elia. Jugó solo el primer partido y fue convocado en otros dos. Pero van Marwijk no ha prescindido de él para la cita mundialista y ya le ha dado minutos; disputó los intrascendentes 90 minutos contra Camerún en el último partido de la fase de grupos. Además, si hay que afrontar un partido con bajas en defensa, como contra Uruguay, conviene tener un jugador comodín como Boulahrouz, que salga al campo a comerse al contrario.
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