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Santa Cruz siempre llega a tiempo

El delantero paraguayo, pieza clave en el mejor Mundial de su selección, ha superado recientemente un largo periodo de lesiones

Roque Santa Cruz (Asunción; 1981) ha jugado en tres Mundiales y a todos ha llegado igual, con dudas sobre su estado físico. A pesar de la incertidumbre, siempre ha respondido y es el jugador de la selección paraguaya de Sudáfrica que más partidos mundialistas ha jugado. El delantero del Manchester City es clave en los planes del seleccionador Gerardo Martino, aunque para que esté en el once tenga que jugar fuera de su posición natural de delantero centro, como ha ocurrido en los cuatro partidos del Mundial. El sábado se batirá con España en los cuartos de final, un rival con el que ya se midió y perdió en la fase de grupos de Corea y Japón de 2002 (3-1).

El Tata Martino coloca siempre a un punta por delante de Santa Cruz, bien sea el nacionalizado Lucas Barrios (argentino), bien sea el delantero del Benfica Cardozo. Santa Cruz juega más escorado a la banda derecha y un poco más retrasado. La nominación como mejor del partido en el enfrentamiento contra Nueva Zelanda y la confianza que le está dando el entrenador, resultan indicativos de su buena participación en el torneo. Ha jugado todos los minutos posibles salvo en el primer partido contra Italia (saltó al campo mediada la segunda parte) y en octavos de final contra Japón (jugó de titular pero fue sustituido en el minuto cuatro de la prórroga).

Aunque es el segundo máximo goleador de la selección (21 por los 25 de José Saturnino Cardozo, que jugó de 1991 a 2006), solo ha podido jugar cinco partidos clasificatorios por culpa de las lesiones. Los problemas médicos, sobre todo musculares y de rodilla, han lastrado la carrera de Santa Cruz desde su llegada a Europa. Se formó en el Olimpia de Asunción y debutó en la Primera División a los 15 años. Ese año y el siguiente, 1999, el Olimpia ganó la Liga y Santa Cruz fue nombrado mejor jugador del campeonato. En verano, le fichó el Bayern de Múnich alemán. Estuvo siete temporadas en el club bávaro, pero no llegó a cuajar. Unos años las lesiones y otros su falta de entendimiento con los entrenadores, fueron los principales impedimentos. A pesar de ello, ganó cinco veces la Bundesliga, una Liga de Campeones y cuatro Copas. En octubre de 2005, sufrió una rotura de ligamentos de la pierna izquierda que a punto estuvo de dejarle sin Mundial, pero finalmente jugó los tres partidos de su selección en Alemania 2006.

Un año después, Santa Cruz se fue al Blackburn inglés. Firmó el mejor curso de su carrera hasta el momento, con 41 partidos (el máximo de su carrera) y 23 goles. Parecía que el joven imberbe que había llegado a Europa por fin se había convertido en un gran delantero. Pero a la temporada siguiente, las lesiones volvieron a cortar su progresión. Santa Cruz se perdió prácticamente la totalidad de la temporada 2008-2009 por dos contratiempos graves en sus rodillas, justo cuando los clubes más importantes de Europa se fijaban en él. Aún estaba convaleciente de una operación, cuando en julio de 2009, el Manchester City lo compró. No terminó el proceso de recuperación hasta octubre y cuando se hizo un hueco en el equipo, se volvió a lesionar. En enero, en un encuentro contra el Everton, Santa Cruz partió de titular y a los cinco minutos tuvo que ser sustituido ya que sufrió una lesión muscular en el gemelo a la que se sumó una tendinitis en la rodilla. Su participación en el Mundial peligraba, pero como en 2002 y 2006, no defraudó a sus compañeros. Paraguay está completando su mejor Copa del Mundo y Santa Cruz es uno de sus líderes, por más que todavía no haya firmado un solo tanto.

REUTERS

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