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Un valiente para suceder a Grosso

Criscito, de 23 años, apostó por abandonar la Juventus para gozar de minutos en el Génova; ahora es indiscutible en el lateral zurdo de Italia

Domenico Criscito (Cercola; 1986) tiene cara de no haber roto un plato en su vida. Con 23 años, sonrisa de adolescente y mirada clara, este chico no parece capaz de haberle quitado nada a nadie. Pero lo ha hecho. Su buena temporada en el Génova convenció al seleccionador Lippi para convocarle de cara al Mundial de Sudáfrica. En la cuneta se quedó Grosso, lateral izquierdo de la selección desde su debut en 2003, que cuenta con 48 convocatorias con Italia y cuatro goles a sus espaldas. La mala temporada en la Juventus del veterano Grosso y la necesidad de rejuvenecer una plantilla que llega cargada de años le han dado la oportunidad a este joven napolitano, que debutó con la selección absoluta el 12 de agosto de 2009 en un amistoso contra Suiza. "Grosso es un gran jugador, aunque este año en la Juventus no le ha ido bien. Pero yo estoy trabajando duro y empujando para estar en el equipo. Espero que el entrenador me recompense", dijo Criscito cuando conoció que formaba parte de la primera lista de 30 convocados.

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A sus espaldas, Mimmo, como le conocen sus compañeros, lleva una sólida carrera en las categorías inferiores de la azzurra. Participó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde Italia cayó en los cuartos de final contra Bélgica. Esta tarde jugará su tercer partido en un Mundial.

La historia de Criscito es también la de un jugador a caballo entre dos clubes. Con 16 años, en la temporada 2002/03, debutó en el Génova, entonces en Serie B, aunque solo jugó un partido. Dos años más tarde, la Juventus pagó 150.000 euros por la mitad de sus derechos. Era uno de los mejores jugadores juveniles de Italia. En el verano de 2006 regresó al Génova, pero ya para jugar en el primer equipo, logrando el ascenso a la Serie A en 2007.

Tras el éxito del ascenso, la Juventus hizo valer sus derechos y le fichó para el primer plantel. Criscito no encontró minutos para desarrollar su enorme potencial y, tras solo ocho partidos en la primera vuelta, concretó su traspaso definitivo al Génova. "Cualquier entrenador nacional busca consistencia en sus jugadores, y eso es lo que obtenemos de Criscito. Su decisión de ir al Génova demuestra su determinación. Eso ha sido beneficioso, porque ha ganado mucha confianza", dijo de él Lippi hace unas semanas.

En el club donde ha crecido como futbolista lleva las últimas dos temporadas y media. Ya suena incluso como próximo capitán del equipo genovés. De momento, ha conseguido hacerse un hueco en la dura defensa italiana. "Hay una combinación adecuada en el equipo. Tenemos a campeones mundiales y a muchos jugadores jóvenes", valoró Criscito a su llegada a Sudáfrica. Esta tarde tendrán que remar todos juntos si no quieren repetir el desastroso registro de Francia en 2002 y Brasil en 1966, el de los dos únicos equipos que, siendo los ganadores vigentes del título, no consiguieron superar la primera ronda del campeonato.

Domenico Criscito, durante un entrenamiento con Italia.
Domenico Criscito, durante un entrenamiento con Italia.GETTY

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