Yakin, el mejor parche suizo

El Mundial de Sudáfrica comienza hoy para Suiza como si de una copia macabra de la Eurocopa de 2008 se tratase. La estrella del equipo, Alexander Frei, se lesionó hace dos años en el primer partido de la competición que organizaba su país y no pudo volver a jugar más en ese campeonato. Ocurrió en el minuto 43 de la primera parte, tras una dura entrada del checo Zdenek Grygera. El mismo jugador se volvió a lesionar hace unos días, esta vez con un esguince de tobillo, que le impedirá debutar frente a España. Entonces apareció Hakan Yakin (Basilea, Suiza; 1977), que también se postula ahora como el mejor parche, la mejor solución.

A pesar de ser centrocampista, Yakin anotó tres goles en aquella Eurocopa, todos los que marcó Suiza en la competición, y se convirtió en el líder de un equipo que se había quedado huérfano sin su estrella. La mala participación del equipo helvético supuso, además, la destitución del seleccionador Kobi Kuhn, que dio paso al actual, Ottmar Hitzfeld. Pero encumbró a Yakin, un zurdo estilista, que ha jugado en su país durante la mayor parte de su carrera, por más que tenga ascendencia turca. Su periplo extranjero se reduce al Sttutgart alemán (2004), al Galtasaray (2005), y al Al-Gharrafa de Qatar, en el que estuvo desde 2008 hasta 2009, cuando volvió a su país para jugar en el Lucerna, su club actual.

Yakin es uno de los jugadores más técnicos de su selección y un especialista en los lanzamientos de falta. Por eso, podría ser una pieza fundamental en el Mundial para Suiza, un equipo que crea sus mejores ocasiones de gol a balón parado. Hoy no tiene, sin embargo, la titularidad garantizada. Si finalmente no juega, España podrá suspirar con alivio; no tendrá enfrente a un hombre que ha marcado 20 goles en 80 partidos con Suiza sin ser delantero y que ha conseguido meter al Lucerna en la Europa League esta temporada. Pero si Yakin no está sobre el campo, España tendrá que tener cuidado con Inler (Udinese) y Huggel (Basilea), que se perfilan como titulares en el medio campo helvético. Pero no son tan ofensivos y, claro, no tienen tanto gol.