El grupo y nada más
Italia empieza a defender el título ante Paraguay sin Pirlo, lesionado, y sin un 'fantasista'
Dice Gennaro Gattuso que en casa Italia hay "cierto miedo". "Miedo, claro, porque todos nos esperan, todos esperan a Italia, a la campeona del mundo...", comentó el centrocampista del Milan estos días. Sabe Gattuso que Italia llega a Sudáfrica con uno de los equipos más flojos de los últimos 20 años. Sabe que Italia llega por primera vez a un Mundial sin un 10, un fantasista, alguien de peso. "En Alemania también tenía malas sensaciones y todos sabemos cómo acabó. Aquí las tengo igual de malas, pero casi más por superstición...". Gattuso, con 32 años, dirá adiós a la selección después del Mundial. Es de los nueve jugadores que sigue en el grupo que se proclamó campeón en 2006.
Marcello Lippi no ha querido prescindir de su bloque de confianza, por muy veterano que sea. Sigue contando con Cannavaro (37 años en septiembre), Zambrotta (33) y Camoranesi (34 en octubre) pese a su pésima temporada con la Juve, y los tres serán casi seguramente titulares hoy ante Paraguay. Lippi es así, prima el grupo y desconfía de los jóvenes y los más talentosos. "En un Mundial, si todo sale bien, hay que jugar como mucho siete partidos y para eso no hace falta traer a gente de 24 años", comentó antes de hacer pública la lista de convocados.
Prueba de ello (caso Cassano aparte) es que decidió prescindir, además de Totti, por ejemplo, de Rossi. El jugador del Villarreal era, de la nómina de delanteros que hizo la minipretemporada en Sestriere, el único que podría haber aportado soluciones tácticas distintas: bien jugando como delantero o bien de enganche. Ni Gilardino, Pazzini, Iaquinta, Quagliarella o Di Natale son tan versátiles.
Pero no. En la pizarra de Lippi, el que hace de enganche es el juventino Marchisio (24 años), que en su carrera nunca ha jugado en esa posición. Allí lo probó en los amistosos contra México y Suiza y jugó ahogado. Al seleccionador italiano nunca le han preocupado los debates sobre la calidad técnica. "Somos campeones del mundo, no nos interesa el fútbol de toque", confesó en una entrevista concedida a este periódico durante la Copa Confederaciones del año pasado.
Y lo ha ido repitiendo en los últimos días. "No veo que se haya quedado fuera de la lista ningún fuoriclasse ni nadie capaz de cambiar el rumbo de nuestro Mundial". Es sintomático. Pero es su credo. Y de ello ha convencido a sus jugadores. "Un fuoriclasse es el que ayuda al compañero y hace grupo", le hizo eco Cannavaro. "Cassano es bueno, pero aquí lo que manda es el grupo. En Berlín ganamos porque eramos 23, pero con una sola cabeza", declaró Gattuso.
El grupo, el carácter y la competitividad sobre cualquier otra cosa. Por eso esta noche, contra Paraguay, ausente Pirlo por lesión, Italia empezará a defender su título mundial (las demás veces que lo ha hecho ha acabado levantando otro trofeo: 1938; cayendo en la primera ronda: 1950, y en los octavos: 1986) con De Rossi y Marchisio.
Ni Giuseppe Rossi. Ni Totti. Ni Cassano.
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