"Bienvenidos a Potch"
La selección vivirá en una ciudad universitaria ligada al deporte y a 1.400 metros de altitud
Potchefstroom, un reto de pronunciación. Por suerte, como a casi todas las ciudades sudafricanas de nombres largos, se la conoce por su diminutivo, Potch (Johannesburgo es Jozi o Jo'burg, Port Elizabeth es P.E., Bloemfontein es Bloem...) y también tiene una característica que la define, como al resto de urbes: Potch es la ciudad de la sabiduría, porque alberga la universidad del Noroeste, como Jo'burg es la ciudad del oro, P.E, la del viento o Bloem la de las rosas. A 120 kilómetros de Johannesburgo, la selección española la conocerá bien, dado que va a ser su campo base durante el Mundial. Y aunque de momento Potch no ha recibido peticiones de alojamiento para los seguidores de la roja, se están preparando: clases de castellano en la universidad, banderas españolas en las calles, menús traducidos en los restaurantes... Hasta la policía sabrá decir "Hola" y "Bienvenidos", como mínimo.
Con 320.000 habitantes y a una altitud de 1.400 metros, se ha labrado reputación como ciudad del deporte, dado que muchos atletas europeos dejan el invierno del hemisferio norte para acudir al verano austral a entrenarse. Potch es una ciudad pequeña, plagada de escuelas, academias y la Universidad del Noroeste. Las clases se suspenderán en todo el país durante el Mundial. La villa del deporte, en el Centro de Alto Rendimiento de la Universidad (CAR), será la casa mundialista de las estrellas de la selección. "Cuando decidimos construir la villa del deporte, la Federación Española supo de nosotros y nos visitó", explica la responsable del Comité Organizador Local, Annette Combrink, anterior rectora de la Universidad. "Uno de los atractivos es que todas las instalaciones están muy cerca". Así, la villa y el campo de entrenamiento se encuentran a menos de 100 metros.
La villa del deporte, construida hace siete meses, está compuesta por una estructura principal con recepción, dos salas de conferencias y salas de fisioterapia, más cinco bloques diferentes en los que se hallan las habitaciones dobles de los jugadores, 16 por bloque. Todo ello se completa con restaurante y piscina al aire libre climatizada. La cancha es otro de los legados. "Tuvimos que adecuarla para que cumpliera todos los requisitos de la FIFA, con nueva hierba y nuevos vestuarios", dice Johan Duvenhage, responsable del alojamiento. Los medios desplazados con la selección dispondrán asimismo de alojamiento en bungalós separados, con un centro habilitado para su trabajo.
Las carreteras de acceso a Potch no son buenas y la población ha decidido reconstruir el anterior aeropuerto militar. El equipo español podrá, pues, desplazarse en avión a las localidades más alejadas donde tiene previsto jugar como Durban. El viaje en autobús a Johannesburgo, donde la selección también juega, dependerá de la seguridad.
Las calles de Potch ya se han engalanado con banderas españolas y sudafricanas, y los restaurantes ofrecerán menús traducidos al español. "Muchos ciudadanos que saben que hablo español me preguntan cómo se dice bienvenidos", explica Dana Du Toit, una canaria casada con un sudafricano, residente en Potchefstroom y profesora de español, "y algunos restaurantes me han dicho que a lo mejor van a cambiar los horarios de apertura para que los españoles puedan cenar más tarde". Los sudafricanos cenan entre seis y siete de la tarde. Ahora se preparan para ser la casa de España durante el Mundial.
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