"Cuando hablamos de ética o exigencia moral no hay espacio para la duda"
El empresario Agustí Benedito (Barcelona, 1964) ha anunciado que presentará una candidatura a las elecciones presidenciales del Barça de 2010. El currículo es su mejor aval: es una figura ya conocida en el barcelonismo desde 1997 cuando formó parte de la candidatura de Ángel Fernández junto con Joan Laporta. La relación con el hoy presidente del Barça continuó en la moción de censura promovida por Elefant Blau en 1998 y prosiguió en las elecciones de 2000 y en las de 2003. Ha estado 13 años vinculado al proyecto de Laporta, siete antes de que accediera a la presidencia y seis como miembro activo de la comisión social, hasta que dimitió como han hecho 15 directivos.
Pregunta. ¿Qué pinta usted en el previsible mano a mano que se anuncia entre la candidatura continuista y la de Rosell?
Respuesta. Quienes piensan que las elecciones son cosa de dos se equivocan. Algunos votarán a Rosell, otros a Laporta, pero la mayoría no votará ni a uno ni a otro, sino a otras candidaturas o no votarán. Al respecto hay que tener en cuenta que el Barça tiene 183.000 socios, 100.000 con menos de cinco años de antigüedad y 70.000 que formalizaron su inscripción a partir de 2005, cuando se produjo la primera crisis directiva. Prevemos que la participación será la más de todas las habidas: unos 70.000 u 80.000 socios sobre un censo de 135.000 y, por otra parte, 40.000 socios votarán por vez primera en su vida. La mayoría de condicionantes avalan nuestras opciones.
P. Todos los aspirantes hasta ahora han participado o formado parte de la junta de Laporta. ¿Qué ocurre con el proyecto de 2003 que fue votado por una mayoría absoluta y con el tiempo ha originado multitud de escisiones?
R. El proyecto de 2003 cuaja después de apostar por un cambio de modelo desde 1997. Yo compartía el proyecto con el que Laporta alcanza la presidencia. Y entiendo que, complementado y actualizado, hoy es perfectamente vigente y bueno para el Barça. Lo que pasa es que el presidente se apartó del camino, se alejó, y, por tanto, no debe sorprender que quienes trabajamos y creíamos en el diseño del programa de 2003 tengamos la voluntad de llevarlo hasta el final. Muchas cosas del programa no las ha hecho porque no ha querido.
P. Usted dimite después de saberse que el bufete de Laporta intermedió en la posible venta del Mallorca. ¿Fue la mayor traición al proyecto? ¿Un gesto definitivo?
R. Al presidente del Barça se le debe exigir un comportamiento ético, y en este caso no respetó ni el mínimo deseable. El hecho grave en el caso de Uzbekistán es que los compradores del Mallorca estaban relacionados profesionalmente (tenían relaciones comerciales) con el club y, por tanto, Laporta hacía negocios como presidente y, al mismo tiempo, como abogado con el mismo cliente. Hasta entonces se habían denunciado o señalado comportamientos poco aceptables, pero ninguno había podido ser constatado. Laporta dijo en TV-3 durante el proceso del voto de censura que no tenía negocios en el fútbol y, en cambio, intentaba que un equipo de fútbol amigo [Bunyodkor] comprara a otro equipo de fútbol con problemas.... Evidentemente, mentía. Y como no tengo potestad para hacer que el presidente dimita, sí tengo la libertad para irme yo. Podemos analizar de distinta manera una gestión, y el balance del mandato de Laporta es positivo, pero cuando hablamos de ética o de exigencia moral no hay espacio para la duda.
P. ¿El candidato Laporta era diferente del presidente Laporta?
R. En los siete años previos a su llegada a la presidencia, el modelo giraba alrededor de conceptos como el de incrementar la transparencia y aumentar la comunicación con los socios y su presencia en la gestión. Y por lo que hace a la honestidad y a la participación del socio en la vida del club, el nivel no ha sido aceptable. Los resultados deportivos han sido óptimos, pero en otros asuntos ha fallado de forma rotunda. Los títulos son uno de los objetivos importantes, pero no la razón de ser del club, que son los socios. No hay que confundir el objetivo del equipo de fútbol con lo que es la esencia del FC Barcelona. El episodio estelar, el hecho diferencial que nos diferencia de los demás, son las elecciones.
P. A veces, parece que la frontera de una gestión ya no está en las cosas bien hechas y las mal hechas, sino entre lo que es ético y lo que es ilegal, como si valiera todo lo que no sea ilegal.
R. Sí. Yo viví la moción de censura de 1998 contra la gestión de un presidente [Josep Lluís Núñez] sin limitación de mandato, y recuerdo la agresividad con la que se defendía, hasta tal punto que calificaba de antibarcelonistas a sus promotores. Ahora tengo la sensación de que quienes critican o discrepan de la gestión de la junta ya no sólo nos acusan de antibarcelonistas sino de anticatalanes. Laporta ha politizado el club y, por otra parte, ha perdido el control de algunas cosas. Entiendo que los parámetros por los que mide la ética y la moral de un presidente del Barça están a un nivel inaceptable, o cuando menos, no son coherentes con la historia e idiosincrasia de club.
P. ¿Está, por tanto, a favor de implantar un código ético?
R. A favor, siempre que no se utilice con la intención de sacar un provecho electoral, como puede pasar porque lo promueva Rosell. Es una iniciativa que aplicar en su momento. Me parece una práctica interesante y sana.
P. ¿Qué diferencia hay entre la opción que apoyará Laporta y la que encabezará Rosell?
R. Laporta ha tenido siete años para hacer lo que quería, y lo que no ha hecho cuesta creer que ahora quiera hacerlo a partir de una segunda oportunidad. Rosell, por su parte, todavía no ha expresado cuál es su programa. En cualquier caso, le conozco tanto como a otros miembros de su teórica candidatura, y por lo que sé, su programa no coincide tampoco con el que defendemos nosotros.
P. ¿Quiénes son ustedes?
R. Miembros de una candidatura independiente, diferente, fruto del esfuerzo. Aspiramos a propiciar una participación máxima de la masa social en la vida del club. Hay mucha gente implicada, personas de gran calidad humana y profesional, muy barcelonistas.
P. Aparentemente la baza electoral de los comicios será más el club que el equipo, sobre todo porque la trayectoria del plantel de Pep Guardiola es estupenda. Cuesta pensar en que un nombre como el de David Beckham tenga el mismo impacto que en 2003.
R. Parece que el tema deportivo no será el eje de la campaña, aunque no seguro. Entiendo, en cualquier caso, que se constatará el excelente trabajo de Guardiola y el deseo de todos de que dure muchos años. Nosotros, en cualquier caso, haremos una campaña directa, diferente, nombrando a las cosas por su nombre, siempre teniendo presente que los propietarios del club son los socios.
P. ¿No pactará?
R. Nuestro modelo no prevé el pacto con las demás candidaturas. No tiene sentido. Intentaremos transformar el club de una manera que, de momento, no visualizo en las demás alternativas. Al menos respecto a la lista continuista y a la de Rosell. No sé qué ocurrirá con otras que puedan presentarse.
P. ¿Usted no se ofreció a Rosell?
R. Desde que dimití en febrero hasta que en julio tomé la decisión de presentarme, contacté con mucha gente, con personas que ahora parece que van a formar parte de la candidatura de Rosell, con directivos que continúan, con ex directivos que, al parecer, no participarán en los comicios. Tenía interés en conocer sus intenciones, los modelos que se dibujaban, y tuve la certeza de que ninguno coincidía con el nuestro.
P. A falta de unos siete meses para las elecciones, ¿cómo se dirigiría hoy a los socios?
R. Hay una crisis de comportamientos, de responsabilidades y de participación social en el club. La junta de Laporta ha hecho cosas bien hechas, algunas mal hechas y otras no las ha hecho. Y, pese a los excelentes resultados del equipo, persiste la sensación de desafecto, de alejamiento, de no vivir plenamente la experiencia de ser socio del Barça. Pretendemos acabar con la pasividad y fortalecer una nueva cultura barcelonista o manera de vivir el barcelonismo. Me propongo promover el cambio por lo que respecta a la experiencia de ser socio. Haremos un Barça más honesto, más participativo, aplicaremos los instrumentos necesarios para un buen gobierno y elevaremos el nivel de exigencia y de comportamiento de los representantes de los socios. La esencia y la rareza de nuestro club es que podemos elegir a los directivos.
P. ¿Le alcanzará con 500.000 euros de presupuesto?
R. Tenemos un presupuesto máximo de 500.000 euros y llegaremos hasta el final de la campaña con esos 500.000 euros.
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