El Villarreal puede con todo

La liga se asoma a su final. Y a estas alturas, los estados de ánimo influyen tanto como las órdenes de los técnicos. Algo de eso se vio ayer en El Sardinero, donde el Villarreal, hinchado de convencimiento y seguridad, pasó por encima de las dificultades que le colocó en el camino el Racing. Al equipo de Portugal le entró vértigo cuando tenía encaminado el encuentro y se complica la vida en el peor momento , cuando los que están encima suyo en la clasificación empiezan a espabilar.

El Villarreal ajustó el ritmo del encuentro a lo que más le conviene, que es trasladar la pelota en el centro del campo. Allí, Cani e Ibagaza, con la ayuda de Rossi, confeccionan la estrategia de movimiento continuo del Villarreal. Se mueve la pelota y con ella los futbolistas, todos con sentido. Así, empezó el goteo de ocasiones para el equipo amarillo. Sin embargo, Rossi chocó con el guardameta del Racing, Coltorti, que estropeó los dos acercamientos del pequeño delantero italiano. El Villarreal se ofuscó con las decisiones de Iturralde. Mediada la primera parte, el colegiado decretó penalti después de que Christian golpeara la pelota con la mano. Fue el línea el que marcó la pena máxima. Instantes después, el árbitro consultó con ese asistente ante las protestas de los futbolistas del Racing y, lo que había sido penalti unos segundos antes, ahora ya no era ni falta, porque el juego continuó con la pelota para el Racing. El equipo de Portugal se transformó. De la tontera pasó a merendarse al Villarreal. Lo hizo como sabe, a base de empuje, porque la preparación en la cocina fue escasa. No obstante, era necesaria una dosis de calidad para culminar la laboriosidad de Arana y Diop. Y esa la puso Sergio Canales, que mandó a la escuadra un disparo con su pierna izquierda desde la línea frontal del área. El Villarreal pedía a gritos que Iturralde ordenase el descanso. Pero todavía quedaban algunos minutos. El Racing estuvo a punto de lograr el segundo. Incluso brillaba Luis García, que ingresó en el equipo por la lesión minutos antes de Oscar Serrano.

Con la segunda parte, el Villarreal se despertó. Persistió en la idea de la asociación continua de sus futbolistas, pero esta vez con mucho más temperamento y decisión. Arrinconó al Racing en su área con asombrosa facilidad. Volvió a rondar el gol en tantas ocasiones que lo más extraño hubiera sido que no llegase el tanto. En una de esas, Godín rebañó la pelota casi en la misma línea de portería. Al Racing el golpe le sentó fatal, como toda la temporada en El Sardinero. No hubo reacción con los cambios, en los que incluso se reemplazó a Luis García, que no entendió su sustitución. Otra vez un Racing desorientado, a verlas venir. Y enfrente, un Villarreal más afinado que nunca en el tramo final de la Liga. Es costumbre que concluya los campeonatos pleno de fuerzas y no parece que éste vaya a ser diferente. No obstante, el tanto del triunfo lo encontró donde menos se sospechaba. Un error de Coltorti, que había impedido en la primera mitad un estropicio del rival, lo convirtió Nilmar en gol. Ahí se acabó el encuentro, porque el Racing no estaba para nada más. De la exuberancia de la primera parte transitó a un inexplicable mutismo en el final. El estado físico y psicológico del equipo de Portugal incita a la duda. Todo lo contrario que el Villarreal.

Canales no puede con el 'Submarino'