Al Madrid le basta un asalto
El equipo Pellegrini arrolla de entrada a un Getafe muy tierno y luego se deja llevar (2-4)
Alertado por la inquietante siesta ante el Sporting, el Madrid no dio tregua al Getafe , de rodillas desde el calentamiento. No hubo adversario el tiempo que hubo partido, apenas media hora; tampoco lo consintió el Madrid, que tuvo la decisión que otras veces le ha faltado. En el primer periodo jugó con aplomo, con la entereza que se le supone a un equipo de rango que no admite discusiones con rivales de otro pelotón. El Madrid le negó cualquier ilusión al Getafe, equipo tan académico como flácido, muy tierno. Pulcro y nada picante. Un dato revelador: el grupo de Michel ha sido incapaz de ganar ni uno de los siete partidos que ha disputado con superioridad numérica. La baja de Cata Díaz, el único que tira del mazo en defensa, dejó sin escolta al equipo. Un paseíllo para tipos como Cristiano Ronaldo e Higuaín, que demolieron al Getafe con una extraordinaria suficiencia. Mucho antes del descanso, el Madrid ya tenía un amistoso por delante. Y así se lo tomó en el segundo tiempo, sin importarle demasiado mejorar su diferencial de goles respecto al Barça, puede que la resultante final del campeonato.
Getafe 2 - Real Madrid 4
Getafe: Ustari; Cortés, Rafa, Mario, Mané; Casquero (Albín, m. 79), Boateng; P. León, Parejo (Celestini, m. 46), Gavilán (Manu, m. 46); y Miku. No utilizados: Codina; Belenguer, P. Ríos y Adrián.
Real Madrid: Casillas; Ramos, Garay, Albiol, Arbeloa; Granero, Gago, X. Alonso (Mosquera, m. 89), Van der Vaart (Raúl, m. 67); Higuaín (Guti, m. 80) y Cristiano. No utilizados: Dudek; Metzelder, Marcelo y Juanfran.
Goles:0-1. M. 13. Cristiano. 0-2. M. 20. Higuaín. 0-3. M. 23. Higuaín. 0-4. M. 37. Cristiano. 1-4. M. 38. Parejo. 2-4. M. 80. Pedro León.
Árbitro: Fernández Borbalán. Mostró tarjeta amarilla a Rafa, Mario, Gago y Miku. Expulsó a Michel, entrenador del Getafe.
Unos 14.500 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez.
A la vista de tanto lesionado, golpeado y quién sabe qué, Pellegrini dispuso un nuevo mecano en el medio campo. No había mejor jornada para la terapia de Gago, rescatado del cuarto oscuro tras varios meses de reclusión. El argentino se asoció con Xabi Alonso en el eje, con Granero a la derecha y Van der Vaart a la izquierda. Del rombo al 4-4-2. Un dique imposible para Boateng, el único tapón local. Casquero y Parejo no tienen disposición para la fontanería. Un alivio para Gago, muy suelto toda la noche, protagonista del segundo y tercer gol del Madrid, muy bien ejecutados por Higuaín a pases de Gago entre los centrales de Michel, desnortados todo el primer tiempo. Antes de la avalancha de Higuaín, fue Cristiano Ronaldo quien descorchó el partido. Rafa, uno de los centrales, segó con la mano una incursión de Higuaín. No fue penalti por unos centímetros. Poco importa cuando está el portugués de por medio. Sus faltas al borde del área son casi penaltis. Como siempre, como esos jugadores NBA de marcada liturgia ante los tiros libres, CR hizo su ritual, pasitos atrás, piernas abiertas y estacazo. Esta vez por el poste que daba cobijo a Ustari. Lo mismo da cuando el balón revienta a mil por hora.
Aturdido por el vendaval blanco, el Getafe era un equipo angustiado, temeroso de un azote mayúsculo. Sin defensa ni ataque, estaba a los pies del Madrid. Tan entregado que un saque sencillo de Casillas hacia Sergio Ramos derivó en el cuarto tanto. Nadie interrumpió al lateral madridista, que cruzó de campo en zapatillas, asistió a Cristiano Ronaldo y del resto se encargó la estrella: desde el costado izquierdo del área local, un doble pedaleo ante Mario y un disparo con truenos que a punto estuvo de afeitar al meta argentino del Getafe. El Madrid era un abuso. Contagiado, hasta Iker Casillas se confió. Una mala salida le obligó a disputar la pelota con Parejo fuera del área, como si fuera un defensa. Le pudo su ex compañero, que despejada la portería no quiso un armisticio con el Madrid, que pedía piedad con su portero en el suelo. Casillas, con el tobillo magullado, se encendió con todos. Maquillado el marcador, el Getafe se sintió aliviado.
Michel rectificó en la caseta. Manu del Moral y Celestini dejaron en la ducha a Gavilán y Parejo. Los cambios presagiaban mayor velocidad y revuelo en el ataque azulón y más músculo en los fogones. Para el Madrid, el segundo acto no debía ser una faena de aliño. En una Liga tan apretada no es descartable que el sprint final se decida por la diferencia general de goles entre madridistas y azulgrana. El Madrid podía coger distancia, pero se volvió remolón. El Getafe tampoco era ya aquel equipo parvulario del primer tramo. Mejor engrasado, tuvo el orgullo suficiente como para no dejarse avasallar de nuevo. Cedió el Madrid y se creció el equipo de Michel de forma encomiable. El partido lo había perdido mucho antes. El amor propio, no. Pedro León rebajó un poco más la goleada y el Madrid se dejó llevar hasta el derbi del domingo. Hay partidos que duran un rato, un simple asalto.
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