Un acuerdo sin foto
Los usos del futuro estadio rompen la armonía entre los socios de San Mamés Barria
Aquella foto plural del pasado mes de octubre que acogía a todas las instituciones implicadas en la sociedad San Mamés Barria cuando fue presentada la maqueta del nuevo estadio no volvió a repetirse ayer cuando el Gobierno vasco expuso los proyectos públicos del campo. Pese a que el acuerdo entre los tres primeros socios de la entidad —Diputación de Vizcaya, BBK y Athletic— y Ajuria Enea ya es un hecho, el Ejecutivo presentó ayer en solitario sus equipamientos, algo que el propio secretario general de Lehendakaritza, Manu Salinero, calificó de "pequeña decepción personal".
El Gobierno no comparte la "legítima" decisión, como la calificó Salinero, de los hasta entonces únicos socios de San Mamés Barria de comparecer el martes para anunciar que reservaban una parcela destinada a que el Ayuntamiento y el Ejecutivo pudieran ubicar sus equipamientos de uso público sin dejar claro que se trataba de un proyecto "de todos". El Gobierno teme que se haya podido trasladar a la ciudadanía la sensación de que ese extremo no acababa de convencerles, pero que reservaron ese espacio para que el resto de instituciones pudieran sumarse al proyecto. "Hubiera sido mejor presentar en conjunto los proyectos", apuntó Salinero.
El desencuentro sobre los usos del nuevo San Mamés ha hecho imposible la armonía entre las partes implicadas en el proyecto hasta derivar en el clima enrarecido que se ha respirado en los últimos meses. El debate sobre los usos públicos o privados que debía tener el estadio sacó a la luz la diferencia de criterios que separaba a los tres socios de San Mamés Barria y el Gobierno vasco. Superado ese escollo al establecer un preeminente carácter público de las instalaciones anexas, ahora queda por solventar la fórmula de gestión de la sociedad.
En la reunión que selló, en Ibaigane, la entrada en el proyecto del Ejecutivo, éste se mostró contrario al plan previsto en San Mamés Barria, por el que una vez finalizada la obra, se produciría una cesión al Athletic para que luego el club cediera a su vez, a cambio de una retribución, los correspondientes usos al Gobierno vasco y el Ayuntamiento. El Ejecutivo sólo aceptaría esta opción por razones técnicas, pero siempre a cambio de un precio simbólico, ya que "no tiene sentido" pagar por unos equipamientos de los que son propietarios. La fórmula final quedará establecida a finales de abril a través de un acuerdo de socios posterior al del consejo de Gobierno.
Está decidido ya que el Consistorio bilbaíno y el Ejecutivo se harán cargo del coste de los equipamientos específicos de sus respectivas instalaciones y del derivado de su utilización.
Las reacciones a la entrada del Ejecutivo en la sociedad que asumirá la construcción del nuevo San Mamés no se hicieron esperar. El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, dijo ayer que Euskadi "no está sobrada de dinero" para "invertir esas cantidades" —en referencia a los 55 millones que desembolsará el Ejecutivo de López— en ese tipo de proyectos. Mientras, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, se felicitó por la decisión del Gobierno y recordó el papel que su partido jugó en la resolución del conflicto.
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