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LIGA | JORNADA 23

Baño y masaje en el Camp Nou

El Barça abate al Racing después de que Iniesta, Henry y Márquez se reencontraran finalmente con el gol

Abatido en el Calderón, el Barcelona se levantó ayer con una reparadora victoria ante el Racing. Aunque el Camp Nou pedía la victoria, por descontado, la hinchada estuvo más pendiente del equipo y de sus futbolistas que del marcador. La de anoche era al fin y al cabo una jornada valle, de recuperación, de entretiempo, una vez perdido el encuentro con el Atlético y camino de Stuttgart, escenario de la reaparición en Europa. Ayer había que recuperar las buenas sensaciones después de un tiempo de desconfianza por tanta lesión, por las sanciones de los centrales, por los malos momentos que se acumulan cuando no media partido entre semana y es difícil digerir una derrota en un equipo ganador. Nadie entendió mejor las necesidades azulgrana que el Racing, que se venció de forma facilona, vestido de samaritano como acudió al campo cuando los números de visitante le identificaban como el demonio.

FC BARCELONA 4 - RACING 0

FC Barcelona: Valdés; Puyol (Jeffren, m.68), Piqué, Márquez, Maxwell; Touré (Thiago, m.76), Busquets, Iniesta, Bojan, Henry (Pedro, m.76) y Messi.

Racing de Santander: Coltorti; Crespo, Henrique, Torrejón, Oriol; Toni Moral (Arana, m.60), Diop, Lacen, Serrano; Canales (Luis García, m.76) y Xisco (Luisma, m.71).

Goles: 1-0, m.7: Iniesta. 2-0, m.29: Henry. 3-0, m.34: Márquez. 4-0, m.84: Thiago.

Árbitro: Fernández Borbalán (Col. Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Toni Moral (m.33), Márquez (m.38), Touré Yayá (m.43), Henry (m.54), Oriol (m.54), Serrano (m.82) y a Henrique (m.89)

Incidencias: Asistieron al encuentro 75.935 espectadores en partido correspondiente a la vigésimo tercera jornada disputada en el Camp Nou. Antes del inicio del partido se jugó un minuto de silencio en memoria de Jaume Rigual, jugador del Barça en la década de los treinta, recientemente fallecido.

Rebajado en la alineación a propósito por las tarjetas que negociaron la semana pasada Tchité, Munitis y Colsa, el plantel de Portugal se abrió de piernas y firmó una rendición en toda regla. Al poco de empezar marcó Iniesta, cosa que no pasaba desde el eterno gol de Stamford Bridge, después de que Crespo cerrara mal un balón profundo de Márquez y el volante empujara la bola a la red con la zurda. La función se puso tan dulce que hasta Henry se reencontró también con el gol a la salida de un golpe franco, toda una novedad porque el francés no daba con la portería contraria desde el 2 de diciembre en Jerez y se había presentado en el Camp Nou con tanta jaqueca que iba a ser suplente si Ibrahimovic no se hubiera quejado antes del tobillo derecho. Incluso Márquez se permitió marcar también su primer gol de la temporada en una nueva falta bien ejecutada. Ausentes Xavi, Alves e Ibrahimovic, la rueda de los francotiradores se amplió a Márquez y Henry para suerte del equipo barcelonista, muy puesto en la faena.

Jugó el Barça con tanta comodidad y soltura que no sólo se reencontró con la victoria sino que se apuntó una goleada con los jugadores más discutidos, Henry y Márquez, y con el niño mimado del barcelonismo, Iniesta, el jugador al que todo el mundo le quiere bien, un futbolista delicioso y delicado. Iniesta, y el propio Barcelona, se parecen a veces a un purasangre, un caballo que necesita de los mejores cuidados, inalcanzable cuando está en forma y especialmente sensible al menor constipado, noble en la victoria y también en la derrota.

Los azulgrana atacaron bien y enfilaron mejor al Racing porque se perfilaron estupendamente a partir de los dos centrales. Los cambios de orientación de Márquez y Piqué, siempre abiertos, le dieron aire y recorrido al equipo de la misma manera que Iniesta funcionó en el puesto de Xavi.

En un partido tan goloso y resuelto a las primeras de cambio, el único que no parecía estar a gusto en la cancha era Messi, un fuera de serie que precisa de la dificultad y de la presión para marcar la diferencia. La pulga sólo llamó la atención cuando se tocó la pierna derecha. El suspense fue de película hasta que el argentino se puso a caminar con la misma flema que antes se había parado. No pasó nada y Messi continuó como si el partido no fuera con su forma de ser. Igual de descolocado se sintió Canales, insultado a partir del minuto de silencio guardado por la muerte del ex jugador Jaume Rigual. No marca Canales desde que fichó por el Madrid. La joven figura prefirió el blanco al azulgrana y en el Camp Nou le dejaron en fuera de juego por su elección.

El partido acabó por hacerse muy largo. El baño y masaje abona la relajación, y el Barça se durmió después del descanso, cuando ya había saltado de la camilla, recuperado por los goles, por el juego, por el visto bueno del rival. Únicamente la ruleta de los cambios ayudó a pasar el rato. A la gente le ha dado por contar a los jugadores de la cantera que acaban el partido, y ayer fueron nueve, la mejor manera de celebrar el partido número 100 de Guardiola. El gol de Thiago Alcántara después de un quiebro celestial del reaparecido Messi, fueron el mejor punto y final de la fiesta. Anoche se imponía una jornada de reanimación, sin sobresaltos para el barcelonismo, y el encuentro en este sentido fue una delicia.

El delantero francés vuelve a marcar dos meses después ante un Racing que apenas plantó cara
El delantero francés vuelve a marcar dos meses después ante un Racing que apenas plantó caraAP

"Hay que dar algo más"

A la espera del comunicado médico que nunca llegó -el club no lo consideró oportuno-, Guardiola dio al término del partido las primeras explicaciones acerca de los dolores en el tobillo derecho que llevaron a Ibrahimovic a la tribuna del Camp Nou: "Es que tuvo un golpe muy fuerte contra el Atlético. Le dieron tres puntos, se ha entrenado toda la semana, pero una hora antes del partido ha venido y tenía el tobillo como una patata. Los médicos lo han visto y en el último minuto lo hemos cambiado".

Del partido, Guardiola destacó la capacidad de su equipo para corregir errores, pero subrayó que queda mucho por hacer. "Hemos tenido mucho rigor defensivo, más que circulación del balón. Pero hay que seguir, dar algo más al juego. A ver si con los partidos entre semana cogemos más ritmo, más tono. Si queremos competir por la Liga, hay que subir el listón. Hoy se han hecho cosas bien; el contrario casi no ha chutado en la segunda parte, y eso sólo se consigue con 11 jugadores corriendo detrás del balón. Si los jugadores hacen eso, saben que me tienen ganado", comentó el técnico, que elogió especialmente la actuación de Sergio Busquets -"ha jugado escandalosamente bien"- y de Bojan - "estoy muy contento con él porque ha dado un paso adelante. Lo que ocurre es que nos hemos encontrado con los goles sin tener que hacer juego".

El equipo que terminó el partido lo integraban nueve jugadores formados en la cantera. "No es muy habitual que ocurra en un equipo grande, pero yo no me fijo en eso cuando realizo cambios", respondió Guardiola. Uno de los nueve fue Thiago Alcántara. Cuando marcó el cuarto tanto, el jugador salió disparado hacia el banquillo para abrazarse con Jonathan. "Thiago es muy atrevido, a veces demasiado. Por eso hay que estar pendiente de él, para hacer que toque con los pies en el suelo", advirtió el técnico. "Un jugador de su edad no puede celebrar un gol de esa forma, eso se hace con 30 años. Tiene un camino muy largo por delante, primero en el filial".

"Ya me tocaba marcar un gol", terció, por su parte Márquez. "Ha sido un día redondo", añadió Iniesta; "ha ganado el equipo y yo he marcado un gol en mi partido 300".

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