_
_
_
_
SEVILLA 1 - OSASUNA 1

El don de lo rutinario

Victoria sin brillo del Sevilla gracias a un golazo de Luis Fabiano y la timidez de Osasuna

Ningún aficionado del Sevilla estalló de júbilo. Tampoco ninguno de Osasuna lamentó esta derrota. Victoria de manual para este Sevilla espartano, sin brillo, con los únicos destellos de Luis Fabiano y Jesús Navas como excepciones en un desierto de fútbol, alimentado por el estilo gris de este equipo forjado por Manolo Jiménez, que, sin embargo, presenta como indiscutible aval un triunfo que lo devuelve a la zona de la Liga de Campeones y recorta dos puntos la distancia con el Valencia. A falta de un estilo que lo eleve a los altares, el sevillista se entretiene con el eterno debate sobre las formas y el fondo de este Sevilla que no juega a nada, pero que cumple con la cuarta plaza, el pase para la final de Copa y los octavos de la Champions.

Sevilla 1 - Osasuna 0

Sevilla: Palop; Adriano, Stankevicius, Escudé, Fazio; Jesús Navas, Zokora, Renato, Capel (Perotti, m.83); Luis Fabiano (Romaric, m.76) y Kanouté (Negredo, m.55).

Osasuna: Ricardo; Echaide, Miguel Flaño, Sergio, Monreal; Nekounam, Puñal, Camuñas, Calleja (Vadócz m.86); Masoud (Dady, m.62) y Pandiani (Galán, m.81).

Goles: 1-0, M.34: Luis Fabiano.

Árbitro: Javier Estrada Fernández (Colegio catalán). Mostró tarjeta amarilla a Echaide (m.45), Monreal (m.52), Renato (m.60), Calleja (m.62).

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, correspondiente a jornada 22, ante unos 35.000 espectadores que guardaron un minuto de silencio en memoria del ex jugador del Real Madrid Luis Molowny.

Existía una enorme expectación en el Sánchez Pizjuán por comprobar de una vez por todas la identidad del juego del Sevilla. En la previa, y tras una semana en la que la clasificación para la final de Copa había estado empañada por la forma infame de su consecución, Jiménez había realizado una declaración pública en la que negaba ser un técnico defensivo y amante del 'pelotazo' como argumento principal. Para demostrarlo, alineó a Luis Fabiano y Kanouté y, si bien no fue un conjunto defensivo, el Sevilla sí abusó del juego directo en busca de sus dos delanteros. Algo que facilitó la puesta en escena del equipo navarro, que llegó a la capital andaluza con una clasificación más que tranquila y cuatro victorias seguidas en la Liga en sus alforjas. Entre el abuso de ese juego directo de los locales, sin un atisbo de elaboración por parte de Renato o Zokora, y la calma de Osasuna, el partido se desarrollaba de forma plácida, sin sobresaltos.

La igualdad era tal que Luis Fabiano y Calleja se repartieron las primeras ocasiones. La tregua se rompió en una jugada que muestra lo mejor del Sevilla. Una pérdida del balón en un contragolpe de Osasuna permitió una monumental carrera de Capel. Su centro al área fue rematado de forma impecable por Luis Fabiano. Ante tal exhibición de pegada, los debates sobre el juego quedan aparcados sin remisión. Al final, casi todo se resume en dar el balón a Navas, un jugador maravilloso, o Capel para que corran en busca del campo rival en la transición más simple que el fútbol conoce.

Otra cuestión es analizar por qué el balón le dura tan poco al Sevilla salvo cuando lo tiene Navas. El misterio sobrepasa el cansancio acumulado por jugar siempre miércoles y domingo, algo que se debe tener en cuenta, pero provoca situaciones repetidas en el estadio sevillista: segundas partes que se hacen demasiado largas, carencia de autoridad para llevar la iniciativa y dominio del rival de turno, en este caso Osasuna. ¿Tiene necesidad el Sevilla de pasar por este trago a pesar de sus excelentes resultados? Para la mayoría de los mortales, no.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_