El Mallorca suma diez de diez en casa
Garrido debuta con derrota en el banquillo del Villarreal
Con una victoria por la mínima ante el Villarreal, el Mallorca despertó ayer de la pájara que supuso su eliminación de la Copa del Rey ante el Getafe y se prolongó con una dolorosa derrota ante el colista Xerez en la jornada anterior. El equipo de Manzano sumó su décima victoria consecutiva en Son Moix, donde todavía ningún equipo ha sido capaz de pescar un solo punto. Juan Carlos Garrido, sustituto provisional del destituido Valverde, se estrenó en el banquillo del Villarreal con derrota, inscribiéndose así en la tradición de entrenadores con debuts deslucidos que acumula el equipo castellonense desde su llegada a Primera. Sólo Paquito, hace ya once temporadas, comenzó ganando su primer partido al frente del submarino amarillo.
Mallorca 1 - Villarreal 0
Mallorca: Aouate; Josemi (Mattioni, min. 46), Nunes, Rubén, Ayoze; Julio Alvarez, Martí, Mario Suárez (Webó, min. 75), Castro (Bruno China, min. 91); Borja Valero y Aduriz.
Villarreal: Diego López; Javi Venta, Godin, Gonzalo, Capdevila; Fuster (Ibagaza, min. 62), Senna, Bruno, Pires (Marcano, min. 82); Nilmar y Llorente (Cani, min. 80).
Gol: 1-0, m.81: Nunes.
Arbitro: Paradas Romero (comité andaluz). Amonestó a Fuster, Borja Valero y Aduriz.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima primera jornada del campeonato de Liga disputado en el Ono Estadi ante unos 12.000 espectadores.
El inicio agitado del Mallorca se diluyó hacia la media hora de partido. Al filo del descanso, con el marcador aún a cero, el Villarreal bordeó el gol con una doble ocasión de Pires, otra de Godín y un disparo desviado de Llorente. El delantero vasco no dio muestras de mejor puntería en la segunda parte, cuando no resolvió un mano a mano frente a Aouate. Según iban cayendo los minutos, el Mallorca procuró aligerar el ritmo del partido y adelantó sus líneas. Las prisas de los locales por ganar trajeron algunas imprecisiones y generaron espacios que el Villarreal trató de aprovechar: Garrido situó en la mediapunta a un especialista en este tipo de situaciones, el Caño Ibagaza, pero por entonces los castellonenses ya habían desperdiciado sus mejores opciones.
Aún sin demasiada claridad, el Mallorca puso cerco al área rival y, con la apuesta de los dos equipos por fin clara sobre la mesa, el partido se acabó decidiendo en una jugada a balón parado. El juego aéreo sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la defensa amarilla y, a la vez, es un punto fuerte del equipo de Manzano. Los ensayos de la semana dieron su fruto. Con Julio Álvarez planeando la trayectoria de un libre indirecto, el técnico jienense hizo subir a los dos centrales para cazar el remate. Lo alcanzó, con un salto prodigioso, el portugués Nunes. Su cabezazo, colocado al palo largo, dejó corta la estirada de Diego López. Con eso tuvo bastante el Mallorca para desarmar a un Villarreal que apunta pero no dispara, y que no parece creer suficientemente en sí mismo. En casa, en cambio, los baleares son todo confianza.
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