España ya es multipista

Feliciano López ha ganado esta tarde el segundo torneo de su carrera al imponerse al francés Stephane Robert en Johannesburgo (7-5 y 6-1). El triunfo, sin embargo, trasciende la categoría de éxito personal, de fin a una frustración de casi seis años sin títulos. Vuelve a confirmar a España como la gran potencia del tenis, el único país del planeta capaz de ganar torneos sobre arcilla, hierba y cemento, sin depender de una sola raqueta. En 2009, los tenistas españoles ganaron 13 torneos, más que los de ningún otro país (Rusia y Francia, segundos en el listado, lograron 6). Hoy Feliciano ha abierto la cuenta de 2010, lejos de la gira de tierra suramericana, lejos de la arcilla, en un nuevo caladero: sobre cemento y en altura, a más de 1.700 metros sobre el nivel del mar. En realidad, el toledano comenzó a ganar el título el sábado, cuando remontó al francés Gael Monfils en semifinales.

Para Feliciano debe ser el primer paso para recuperar su puesto en el circuito, perdido tras un 2009 intrascendente en el que no aprovechó el impulso ganado con su estelar actuación en la Copa Davis ganada a Argentina en Mar del Plata. Para la armada española, que aún espera la vuelta de Rafael Nadal, que está en Manacor recuperándose de su lesión en una rodilla, trabajando el físico de tronco para arriba, sin emplearse con las piernas, es el inicio de un curso que debe confirmar la hegemonía conquistada en el siglo XXI. De Alex Corretja (Indian Wells en 2000) a Fernando Verdasco (New Haven 2009), los tenistas españoles ya han conquistado más de 20 títulos sobre cemento en el siglo XXI. Eso hubiera sido impensable hace un decenio. Ahora, no. Ahora, como ha demostrado hoy Feliciano, España es un país multipista.