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Frenesí en Vallecas

El Rayo Vallecano y la Real firman un empate en un vibrante y espectacular partido

La Real rescató un valioso punto en su visita al difícil campo del Teresa Rivero. Ante el Rayo Vallecano, un rival directo por el ascenso, el conjunto donostiarra alcanzó el quinto empate de la presente temporada que le afianza en la zona de ascenso, con el liderato igualado a 26 puntos junto al Cartagena y Hércules.

Fue un partido espectacular, de juego vibrante, con ritmo, pleno de goles, alocado en su desarrollo y emocionante hasta el final. El espectáculo ganó en Vallecas, para el disfrute de los aficionados, con un encuentro abierto, con bellos goles de excelente factura, pero con un desigual reparto de puntos para la lucha y entrega de ambos conjuntos. Insuficiente para el Rayo Vallecano que no termina de enlazar con la zona de ascenso e ilusionante para la Real que mantiene con paso firme sus aspiraciones en este buen arranque liguero.

RAYO VALLECANO, 3; REAL SOCIEDAD, 3

Rayo Vallecano: Cobeño; Coke, Pelegrín, Salva, Albácar; Míchel,(Rubén Reyes, min 61), Movilla; Susaeta, Rafa García, Piti(Jofre, min 72) y Rubén Castro.

Real Sociedad: Bravo; Estrada, Ansotegi, Labaka Mikel González; Rivas, Elustondo; Xabi Prieto, Aranburu,(Zurutuza, min. 61), Griezmann(Nsue, min 81) y Bueno (Agirretxe, min.72)

Goles: 1-0 M. 6 Susaeta. 1-1 M. 16 Xabi Prieto. 2-1 M. 18 Rafa García. 2-2 M. 29 Bueno. 3-2 M. 54 Rubén Castro. 3-3 M. 63 Zurutuza.

Arbitro: Pedro Jesús Pérez Montero (Colegio andaluz). Expulsó a Salva por doble cartulina amarilla y amonestó al local Rafa García y a los realistas Bueno , Diego Rivas y Mikel González.

11.000 espectadores en el estadio Teresa Rivero. Los jugadores realistas lucieron brazaletes negros en memoria de Ricardo Sabadie, compositor del himno txuri urdiñ, fallecido recientemente.

El partido respondió con buena nota a las expectativas creadas, con una apuesta decidida por el fútbol y por la consecución de los tres puntos. A pesar del frío y la lluvia, ambos equipos saltaron al terreno de juego con valentía. El Rayo, con la posesión inicial del balón y con la rapidez en sus acciones. La Real, sin amedrentarse, buscaba el efecto sorpresa.

Al igual que un combate de boxeo, el equipo blanquiazul encajó el primer golpe. Una internada y asistencia de Rubén Castro por la banda izquierda encontró la pierna derecha del centrocampista eibarrés Nestor Susaeta, que batió por toda la escuadra a Bravo, con una imparable volea desde fuera del área.

La respuesta posterior vino a balón parado por parte realista, bajo la calidad de Xabi Prieto, para firmar el primer empate con un disparo cruzado sobre la portería de Cobeño. El encuentro estaba ya lanzado en dieciséis minutos, en un juego de acción y reacción, batidos los dos mejores porteros de la categoría Bravo y Cobeño.

Rubén García, tras un rechace en la frontal del área donostiarra, marcaba el segundo tanto para el conjunto madrileño. Soberbio fue el cuarto tanto de la serie, obra del uruguayo Carlos Bueno, que rompía su sequía goleadora de ocho partidos sin marcar, con un espectacular remate de cabeza tras un pase de Griezmann y anticipándose a su marcador Pelegrín.

Con cuatro goles, el partido pedía un poco de tregua, su descanso. En la reanudación, el partido no perdió intensidad ni viveza. De una banda a otra, así llegó el tercer tanto del conjunto franjirojo De Movilla a Piti que centró desde la línea de fondo, con semifallo de Bravo y remate a puerta vacía de Rubén Castro.

Ante el frenesí de goles, Martín Lasarte decidió mover ficha con la reaparición de David Zurutuza tras siete semanas ausente por una doble lesión. Aranburu fue reemplazado por el centrocampista de Roquefort que envíó su primer balón al fondo de las mallas, con un certero remate de cabeza tras un centro por la derecha de Xabi Prieto.

El cambio resultó providencial y muy beneficioso para la Real, que mejoró su juego, más vertical y profundo, con poderío físico y con peligro. En los minutos finales, el equipo realista acarició el triunfo con dos ocasiones claras, una de Agirretxe y otra de Mikel González que no tuvieron premio en el marcador. Tampoco hubo tiempo para aprovecharse de la inferioridad numérica del Rayo Vallecano, tras la expulsión de Salva en el descuento.

Un partido enloquecido que tuvo un desigual reparto de puntos en beneficio no del triunfo, sino del propio espectáculo.

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