El Athletic demuestra que sabe tirar de oficio
Con un fútbol muy básico, a veces ramplón, derrota a un debilísimo Racing
Tan malito está el Racing, es tan poquita cosa, que consiguió demostrar algo que nadie había conseguido hace mucho: que el Athletic, tan visceral, tan fiel a la arqueología y sin Llorente, resulta que tiene oficio para gestionar un partido al que le puso muy poca calidad, pero la energía suficiente para abochornar al contrario. Mas allá del sistema de juego, de su poca predilección por el toque y el control del balón, de su abuso del pelotazo, el Athletic enervaba a su afición con su poco oficio para gestionar los partidos, para mantener las victorias, para jugar cuando había que jugar y que no se jugase cuando no se tenía que jugar. Años hace que el Athletic tiene suspendida esa asignatura que tiene más que ver con el corazón que con la cabeza. El Racing le puso ayer el aprobado encima de la mesa, sólo para que firmase y se lo llevase a casa, de una vez por todas. No le exigió ni combinaciones ni paredes ni ejercicios de tacón a lo Ibrahimovic, sólo le pedía eso que en el argot más amarillento del fútbol se denomina "un partido serio", como si hubiera partidos de broma (bueno, algunos lo parecen, ciertamente). Y el Athletic se puso serio, ni sonrió ni siquiera, al amparo de la mejor versión de Amorebieta (qué lastima para él, para el Athletic y para el fútbol que este chico no encuentre su personalidad para siempre) y el músculo intratable, esta vez de Gurpegui, indiferente a que Caparrós lo pegara a la banda derecha, donde podía sufrir más que gozar tapando a Serrano. El miedo no existe en el diccionario de Gurpegui. Frenó a Serrano y se fue para adelante con la misma determinación. Y el gol premio su tesón, aunque fuera un gol que desnudó a un equipo tanto como revistió al otro. Un cabezazo que suspendió de raíz a un defensa negado, Christian, y a un portero asustado, Toño. Entre la indolencia de ambos surgió Gurpegui que será cualquier cosa menos indolente para mandar a la red un centro bien puesto de Castillo, quizás el primer libre indirecto que ejecuta en el Athletic, sometido a la dictadura de los veteranos.
Racing, 0; Athletic, 2
Racing: Toño; Pinillos, Torrejón (Arana, m. 60), Osmar, Christian (Sepsi, m. 70); Luis García, Moratón, Lacen, Serrano; Geijo y Tchité (Xisco, m. 60). No utilizados: Coltorti; Crespo, Colsa y Diop.
Athletic: Iraioz; Iraola, Ustaritz, Amorebieta, Castillo; Gurpegui, Javi Martínez, Orbaiz (San José, m. 88); Susaeta (David López, m. 92), Ion Vélez (Díaz de Cerio, m. 86) y De Marcos. No utilizados: Armando; Etxeita, Gabilondo y Etxeberria.
Goles: 0-1. M. 31. Gurpegui. 0-2. M. 74. Iraola, de penalti.
Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a Tchité, Pinillos, Lacen, Christian, Ion Vélez y Ustaritz.
14.412 espectadores en El Sardinero.
El Racing le puso ayer el aprobado encima de la mesa, sólo para que firmase
Castillo demostró que saca las faltas mejor muechos y mejor que centra en carrera
Amorebieta exhibió su mejor versión y Gurpegui, en la derecha, su musculatura
Ese gol, tan circunstancial como expresivo, no sólo hundió a los jugadores del Racing, huecos de juego y vacíos de ideas, sino que acabó por confundir a su cuestionado técnico, Mandiá, con poca capacidad de reacción para ver los defectos de su equipo: falta de hilazón y una defensa que se apaña por el centro pero que tiene dos vías de agua en los costados por las que transitó el Athletic sin necesidad de hacer encajes de bolillo. Si el Athletic hubiera mandado sus pelotazos en vez de al centro, donde sobresalía el joven Osmar, a su costado izquierdo, el partido se hubiera roto en diez mil pedazos. Era tan brutal la superioridad de Susaeta sobre el veteranísimo Pinillos que de haberle atacado sin descanso, se hubiera marchado voluntariamente al vestuario, harto de verle el número en la espalda. Eso le costó el primer gol de Gurpegui, y eso, su mala defensa, le costó el clarísimo penalti de Lacen a Ion Vélez, que transformó Iraola.
Sin Llorente, y jugando mucho tiempo como si estuviera sobre el terreno de juego (que resistió dignamente el temporal), el Athletic demostró su capacidad para saber ganar, quizás más que para saber jugar, ante un rival poco exigente, aturdido y abucheado por su público que ya pide la cabeza de Mandiá, pero que quizás debiera pensar más en la configuración de su plantilla. Ni Tchité es un killer ni Luis García es aquel que se marchó a Liverpool. En Santander tira las faltas y los córners y poco más. Demasiado poco para quien se siente mucho. Ion Vélez y De Marcos, sin aspavientos, apelan a su velocidad, el primero, y su descaro el segundo para entre ambos acoquinar a la defensa rival. Eso ya es algo. O mucho, en según que casos.
El Athletic hizo ayer los deberes con nota en El Sardinero, pero bien es cierto que tuvo un examen facilón, de esos que ponían los maestros cuando se ponían bizcochones tras su aniversario de boda. Pero al menos encontró el camino. El oficio es la mejor garantía de no perder lo que uno siente que ha merecido ganar. Y de paso resolvió, de momento, la duda de jugar sin Llorente, su referencia, al que Caparrós quizás no quiso arriesgar en un campo reblandecido y pesado por la lluvia y en previsión de un partido tenso que luego no lo fue.
El de ayer en El sardinero son de esos encuentro que permiten, por ser livianos, casi ensayos teóricos, sacar algunas conclusiones. Por ejemplo: que Castillo saca las faltas mejor que muchos, y desde luego, qmejor que centra en carrera; que Amorebieta, cuando no saca los ojos de las órbitas, juega muchísimo mejor, que Orbaiz, muy arropado, es algo más que un sacafaltas (dicho sea en el sentidpo deportivo de la palabra) y que De Marcos tiene el atrevimiento que antecede al éxito, aunqwue a veces abuse de sí mismo. Bien es cierto que nunca tendrá enfrente un Racing tan malito, ni a Tchité, ni a Christian, ni a Moratón de medio centro ni a Luis García tan apocado.
Caparrós: "Podemos disfrutar esta temporada"
El entrenador del Athletic, Joaquín Caparrós, se mostró muy satisfecho con la victoria cosechada por su equipo ante el Racing y señalaba que de seguir en esta línea, se puede "confiar en que podremos disfrutar esta temporada". El técnico del Athletic valoró el esfuerzo y el trabajo hecho por su equipo, más aún teniendo en cuenta que el equipo llegaba a Santander con algunas bajas y después de hacer "mucho gasto en Portugal".
Caparrós destacó la importancia de los tres puntos y la contribución de los jugadores que ayer tuvieron su oportunidad pese a no ser de los habituales, como es el caso de Ion Vélez. Además de felicitar al Racing por el estado del terreno de juego, que aguantó bien los muchos litros de agua caídos durante las últimas horas, consideró que la "dinámica" de su equipo permite "ser optimistas de cara al futuro".
El Athletic acudió a Santander plagado de bajas y con un calendario terriblemente exigente a la vista. La presencia de Llorente en la expedición, finalmente, descartado, quizás tuvo un efecto más anímico que deportivo. Su concurso se antoja mucho más necesario el miércoles ante el Rayo, si está en condiciones, en un partido en el que se requieren tres goles para seguir adelante en la Copa.
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