El Deportivo, sin remate
El Sporting obtiene premio en Riazor
El Sporting se llevó de Riazor un punto tan inmerecido como festejado por una afición ejemplar. Debió ganar el Deportivo , pero jugó mejor de lo que definió y reabrió de nuevo el debate sobre la ausencia de un hombre gol en el equipo. Es fútbol ficción e incluso un ejercicio para nostálgicos, pero con Bebeto, Makaay o el mejor Tristán la igualada se habría trocado en paseo militar.
El Deportivo manejaba la referencia de la temporada pasada. Entonces, un Sporting que todavía no había tomado el pulso a la categoría se presentó con 4.000 incondicionales detrás, jugó casi como local y montó una fiesta que acabó en goleada. Alguien en la caseta deportivista insistió en ese detalle para preparar el partido de ayer. Los asturianos, fieles, apasionados y respetuosos volvieron a desafiar las demenciales comunicaciones con Galicia y doblaron el órdago. Viajaron 8.000, pero el Deportivo salió con la fuerza y la actitud que se le supone a quien juega de local. Buscó el gol y en un cuarto de hora lo atisbó tres veces. Incluso pudo haber dejado el partido bien encarrilado si Pérez Burrull hubiera señalado un penalti cometido por Juan Pablo sobre Riki en el primer minuto. Era expulsión, y más visto el criterio de otros colegas para catalogar qué es una ocasión de gol, pero se inhibió.
Deportivo 1 - Sporting 1
Deportivo de La Coruña: Aranzubia; Manuel Pablo, Colotto, Lopo, Filipe Luis; Juan Rodríguez, Sergio, Antonio Tomás (Adrián; min.75), Guardado; Lassad y Riki (Pablo Alvarez; min.83).
Sporting de Gijón: Juan Pablo; Lora, Botía, Gregory, Canella; Míchel (Matabuena; min.35), Rivera; Luis Morán, De las Cuevas (Carmelo; min.85), Diego Castro; y Barral (Bilic; min.67).
Goles: 1-0, min.42: Lassad. 1-1, min.69: Diego Castro.
Arbitro: Pérez Burrull, del Colegio Cántabro. Mostró amarilla a Barral (min.31) y Diego Castro (min.93) por parte del Sporting y a Antonio Tomás (min.31) y Lopo (min.36) por parte del Deportivo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la novena jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el estadio de Riazor ante unos 25.000 espectadores, en torno a 8.000 seguidores del Sporting de Gijón.
Preciado cuenta con puntas veloces y osados, tipos escurridizos e incisivos, pero lleva más de un año en la búsqueda de la solidez. Ha mejorado algo, pero ayer en veinte minutos le desmontaron el teatrillo. Fueron, cierto es, los mejores momentos del Deportivo en lo que va de Liga, con velocidad y lucidez. Sin gol, también, porque Juan Rodríguez y Lassad no atinaron ante Juan Pablo y Riki, futbolista de destellos, bajó un balón con el pecho en la frontal y lo empaló de volea al larguero. Superado atrás, el Sporting buscó entrar en el partido lejos de su área. Incluso contuvo la sangría durante largos minutos, pero acabó por ceder en una acción de estrategia del Deportivo, que encontró la testa de Juan Rodríguez en el corazón del área. De nuevo la pelota se estrelló en el travesaño, pero la zaga se sumió en el estupor y permitió una segunda opción a Lassad, que remachó a la red.
Acunado por la grada, que no dejó de alentarle con una tonadilla sin fin como si fueran griegos en vez de asturianos, el Sporting siempre estuvo muy por debajo de su gente, pero encontró el empate en una jugada al filo del fuera de juego en la que Aranzubia resbaló en su salida ante Diego Castro, el único gallego sobre el césped. Replicó Riki con un cabezazo que de nuevo se fue al palo y que Lassad empujó a gol, esta vez en posición ilegal. Fue el preámbulo de un final que se presumía vibrante al que el Deportivo llegó entre agotado y desesperado y el Sporting conforme y en el que Lotina renunció a buscar nuevas soluciones con Valerón.
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