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VUELTA DE LA SUPERCOPA | BARCELONA 3 - ATHLETIC 0

Ibrahimovic juega para Messi

El argentino resuelve con un gol espectacular un partido dominado por el Barcelona

De todos los títulos que ha ganado el Barcelona, ninguno tiene mayor razón de ser que el de la Supercopa 2009, un trofeo que enfrenta al campeón de la Liga con el de la Copa, o sea al Barça contra el Barça. Aunque se batió con nobleza, la presencia del Athletic fue prácticamente testimonial, acorde con el cartel, y se limitó a contemplar la evolución del equipo azulgrana de un año a otro, con Ibrahimovic y sin Eto'o, siempre ligado, en cualquier caso, a la bota de Messi. El argentino volvió a marcar la diferencia con un gol de salón. Una vez abatido Gorka Iraizoz, se acabó el misterio y se contaron un par de tantos más para redondear un partido que había sido diseñado en exclusiva por el Barça.

BARCELONA 3 - ATHLETIC 0

FC BARCELONA: Valdés; Alves, Piqué (Pedro, min.75), Puyol, Maxwell; Touré Yaya, Keita, Xavi; Messi, Ibrahimovic (Bojan, min.70) y Henry (Busquets, min.75).

ATHLETIC DE BILBAO: Iraizoz; Iraola, Ustaritz, X. Etxebarria, Koikili; D. López (Iturraspe, min.60), Gurpegui, Orbaiz, Gabilondo; Etxeberria (Toquero, min.55) y Díaz de Cerio (Ion Vélez, min.45).

GOLES: 1-0, minuto 49, Messi. 2-0, minuto 67, Messi, de penalti. 3-0, minuto 72, Bojan.

ÁRBITRO: Velasco Carballo (Col. Madrileño). Amonestó a Puyol (min.20), Touré (min.33), Xavi (min.76) en el Barcelona y a X. Etxebarria (min.16), D. López (min.43), Toquero (min.63), y Ustaritz (min.66) en el Athletic.

ESTADIO: Camp Nou, 61.083 espectadores.

Afeitado como llegaba el Athletic al Camp Nou, pendiente de su clasificación para la Liga Europa, y resuelta como parecía la competición desde la ida (1-2), la exigencia en la vuelta se la puso el propio Barça desde la alineación. Pasado el disgusto del Gamper y a falta de Iniesta y Márquez, apostó Guardiola por el equipo titular porque ayer había un título en juego. Una cosa son los torneos de verano, incluso cuando el organizador es el propio club, y otra la competición oficial, incluso cuando en juego está la Supercopa, posiblemente el menos importante de los trofeos de la temporada.

Desde la seriedad, los azulgrana fueron a por el encuentro sin concesiones, con un despliegue académico, bien repartidos los futbolistas en cancha rival. La afrenta barcelonista obligó a los suplentes del Athletic a mantener la concentración y defenderse fuerte y bien desde el inicio de partido. Aunque las ocasiones tardaron un poco en llegar, el juego se concentró en el campo rojiblanco.

Alves ponía buenos centros, Xavi filtraba pases interesantes, Touré se reivindicaba como interior e Ibrahimovic empezó a mostrar su excelente repertorio de gestos técnicos. Pivotaba, descargaba, combinaba y se ofrecía el sueco en cada jugada. Acaso tardó en sintonizar con Messi, que por momentos parecía fuera de foco, como si extrañara los tiempos en que ejercía de falso delantero centro. Falsa impresión. Aunque normalmente necesita estar en contacto con la pelota, desde hace un tiempo Messi se ha vuelto más selectivo. Anoche desperdició un mano a mano con Gorka después de una asistencia de Xavi. Acto seguido habilitó a Ibrahimovic en una acción espectacular por el pase del argentino y la recepción del sueco, que amortiguó la pelota con el pecho y disparó sobre la salida del portero. Y a la tercera, La Pulga no perdonó en una jugada sensacional: Xavi se la dio a Ibrahimovic, el delantero abrió a un toque para Messi y el argentino quebró al central con la zurda para picar la pelota sobre la salida del meta con la derecha.

Un golazo que alivió la ansiedad del Barça. Al equipo, hasta entonces, le había faltado puntería para rematar el encuentro antes del descanso. El Barcelona estuvo poco preciso y, por lo demás, el campo le resultó a menudo demasiado largo, las líneas no estaban muy juntas y a veces se aflojó en demasia. Los delanteros metieron muy atrás a la zaga rojiblanca y apenas hubo llegadas desde la segunda línea. Al Barça le costaba atacar desde la zaga, jugar a un toque, y la circulación del balón era excesivamente lenta para un equipo casi siempre muy veloz.

Puede que la mecánica de juego haya quedado afectada de momento por la entrada de Ibrahimovic. Los muchachos quieren integrar al sueco ya mismo y el ariete se desvive por mezclar con los chicos hasta el punto que a veces tanta cortesía desnaturaliza al equipo. El gol reforzó la sensación de que Ibrahimovic aspira a asociarse con los extremos y los volantes antes que combatir la leyenda de Eto'o como ariete agresivo y pesado, punto y final de las jugadas, siempre tan egoísta como certero. A veces pareció que el Athletic prefiere jugar contra Ibrahimovic que contra Eto'o.

Ibrahimovic pudo ser ayer sustituido para recibir el aplauso de la hinchada. Más que en reivindicarse como ariete, se empeñó en mejorar a Messi, que repitió después desde el punto de penalti en una jugada que fue cúmulo de despropósitos. La rueda de cambios permitió a Bojan dejar su gol de rigor y el partido se apagó malamente por el temor a las lesiones y con un gato negro atravesando el fondo norte. No era cuestión de fastidiar la fiesta tan bien preparada desde la formación. Apostó el Barça por la Supercopa, el primer título de la temporada en juego y el cuarto del año, y lo ganó con tanta autoridad como cualquiera de las anteriores finales.

Los jugadores del Barcelona celebran, con la Supercopa sobre el césped, el primer título de la temporada.
Los jugadores del Barcelona celebran, con la Supercopa sobre el césped, el primer título de la temporada.EFE

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