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Joaquín replica la bronca de Emery

Lanzado por un excelente Mata, el Valencia se pasea en Oslo ante el débil Stabaek

Sentenciada la eliminatoria, Joaquín zarandeó la cita en un gesto de rabia contra su entrenador, que le había reprochado su apatía poco antes. El gaditano, que acababa de entrar, respondió a la bronca de Emery con una estupenda pared con Mata que concluyó el propio Joaquín. Tal vez sea esa la manera de sacarle rendimiento: picándolo. Era el tercero de una noche placidísima para un Valencia impulsado por un excelente Mata, autor de los pases del primer y del tercer gol.

Completamente de blanco (por la prohibición de la legislación noruega de que luciera la camiseta oficial con la publicidad de la casa de juegos Unibet), el Valencia no tuvo noticia del rival. Apocado y tierno, el Stabaek se derritió a la que Mata dobló la cintura dentro del área y sirvió un magnífico centro a Pablo, que remató por dos veces. A partir de ahí, el Valencia ya jugó cuesta abajo y Villa metió y sacó la punta de la bota derecha junto al palo para embocar otro centro de Pablo. El Guaje ya se sabe: puede jugar bien, mal o regular, pero el olfato de gol nunca le abandona.

STABAEK 0 - VALENCIA 3

Stabaek: Knudsen; Skjoenberg, Segerstrom, Hauger, Hedenstand; Berglund (Andersen Aase, min. 63), Kobayashi (Diskerud, min. 69), Rogne, Palmason; Nannskog (Hoff, min. 63) y Farnerud.

Valencia: César; Miguel, Dealbert, Alexis, Bruno; Pablo Hernández (Joaquín, min. 70), Marchena, Banega, Mata; Silva (Míchel, min. 82) y Villa (Zigic, min. 75).

Goles: 0-1, min. 28: Pablo Hernández. 0-2, min. 34: Villa. 0-3, min. 79: Joaquín.

Árbitro: Aleksandar Stravev (Macedonia). Amonestó por parte del Valencia a Villa (min. 72).

Telenor Arena. 9.500 espectadores.

En la puesta de largo, Emery hizo la primera criba: se dejó fuera a Moyà, Mathieu y Albelda. El gran reto de Emery es conseguir que funcione Banega, que ayer combinó a placer, a uno o dos toques, en la onda de Silva, Mata, Villa y Pablo. No le falta talento al argentino para el puesto; pero consistencia sí. Claro que tan sólo tiene 21 años y tiempo por delante para madurar. Cuestionado tras la mala imagen en el Carranza, Emery se dio un respiro ayer en Oslo. Y halló la réplica de Joaquín.

EFE

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