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LIGA | SPORTING 2 - MÁLAGA 1

El Sporting ve un rayo de luz

La victoria frente al Málaga después de nueve jornadas saca al equipo gijonés del descenso

El Sporting necesitó de nueve jornadas para volver a ganar , pero lo hizo en el momento justo, cuando ya no queda margen para el error. Animado por el empate de Osasuna del sábado, el sportinguismo se movilizó como si el partido de ayer fuese el último. Los jugadores lo dejaron todo y se merecieron el triunfo, por más que el gol decisivo lo regalase el central del Málaga Helder Rosario, que logró lo que no pudieron hacer los delanteros gijoneses: batir a Goitia.

Cuando ya nadie creía en un equipo que llevaba un punto sobre 24, Manuel Preciado alzó la voz para decir que creía firmemente en la salvación del Sporting. Para llevarlo a la práctica escogió a once gladiadores, con una consigna primordial: que dejaran muy claro a sus colegas del Málaga lo que se jugaban en los 90 minutos en que iban a coincidir en El Molinón.

SPORTING 2 - MÁLAGA 1

Sporting: Cuéllar; Sastre, Gerard, I.Hernández, Cámara (J. Ángel, m. 80); Matabuena, D. Camacho; Pedro (Bilic, m. 75), K. Mateo, D. Castro (Míchel, m. 87); y Barral. No utilizados: Lafuente; Jorge, Andreu y Maldonado.

Málaga: Goitia; J. Gámez, Rosario, Weligton, Nacho (Rossato, m. 76); Eliseu, Apoño, M. Ángel (Adrián, m. 59), Duda; Baha (Adriano, m. 59) y Luque. No utilizados: Arnau; Gaspar, Fernando, y Pablo Barros.

Goles: 1-0. M. 23: Gerard. 1-1. M. 37: Weligton. 2-1. M. 52: Helder Rosario (p.p.).

Árbitro: Undiano Mallenco amonestó a Castro, Matabuena, Barral, Apoño, Adriano y Weligton.

El Molinón. 24.500 espectadores.

El Sporting hizo de la necesidad virtud. Dominó el partido desde el pitido inicial y obligó a Goitia a un ejercicio de resistencia que sólo doblegó Gerard. El central se estrenó como goleador en Primera cuando más falta le hacía a su equipo. El Málaga daba muchas facilidades, pero se encomendaba a Apoño y a Duda, al que le bastó una falta lateral para poner el balón en la cabeza de Weligton, que desvió a gol completamente solo.

El desánimo de la gente al descanso, recordando partidos anteriores cerrados con una gran frustración, volvió a tornarse en euforia a los seis minutos del segundo tiempo. Una larga jugada de ataque acabó de forma inesperada. Diego Castro metió un centro intrascendente y se encontró con la cabeza de Rosario, que desvió el balón hacia su portería. Imposible incluso para Goitia.

El guardameta del Málaga Goitia atrapa el balón en el césped ante la llegada de Diego Castro.
El guardameta del Málaga Goitia atrapa el balón en el césped ante la llegada de Diego Castro.EFE

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