Cuatro lecciones de Xavi
El jugador de Terrasa impone el estilo azulgrana, reparte regalos entre sus compañeros y empequeñece a los medios madridistas
Xavi
Casillas
Poco que reprocharle pese a la goleada. Siete paradas de mérito en la primera parte lo convirtieron en el mejor de su equipo. Fue acribillado por los delanteros de Guardiola, que le remataron desde todos los rincones, con toda la comodidad.
Messi
Se estrenó como goleador en el Bernabéu. Guardiola le alejó de la banda para que se midiera las veces que pudiera a los dos centrales madridistas, Cannavaro y Metzelder. Los masacró. No solamente a ellos, sino también a los dos mediocentros, puesto que Messi se dejaba caer al medio del campo para arrancar. Messi acaparó el balón junto a Xavi, con breves conexiones con Henry. De una de ellas, el pase picado de Messi dejó solo a Henry ante Casillas, en el primer gol azulgrana. Henry está en gran forma como demostró en cada mano a mano con Ramos. En la segunda parte, el francés le tiró un humillante sombrerito a su marcador. Las molestias en la rodilla derecha no le impidieron marcar su segundo gol. Y evocar sus mejores años en el Arsenal.
Piqué
En medio de grandes errores defensivos, Piqué se levantó imperial sobre todos sus compañeros en la zaga, tanto los azulgrana como los blancos. A sus 22 años, el central catalán ha adquirido una madurez impropia para un defensa. Va sumando muescas a la velocidad de la luz: primero conquistó la titularidad en el Barça, después se ganó un hueco en la selección, a continuación se hizo imprescindible en la selección de Del Bosque, y ayer se doctoró en el Bernabéu.
Robben
Arrancó como un tiro, convencido de que iba a romper a Abidal por el extremo. Lo logró en el primer cuarto de hora, cuando el Madrid hizo sangre del escaso ritmo de Abidal. Las broncas de Guardiola al lateral izquierdo francés surtieron efecto y Robben ya no tuvo el camino tan despejado. Aunque le dio tiempo para meter, a pie cambiado, el pase de falta que remató Ramos.
Ramos
Tan desastroso en defensa como exuberante en ataque. Cerró mal su banda, casi siempre superado por Henry, pero fue un puñal al ataque. De ahí que fuera despedido por la hinchada entre pitos y aplausos. Le centró a Higuain el tanto que adelantaba al Madrid. Y cabeceó a gol casi desde dentro de la portería el pase de Robben.
Eto’o y Raúl
Desaparecidos. El camerunés empezó de extremo derecho y, por ahí, podía excusar su escasa participación. Después ya pisó más zonas centrales, pero siguió igual de desconectado. Lo mismo que Raúl, que venía de exhibirse en el Pizjuán. Y que ayer pasó de puntillas por el gran clásico.
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