Premio al peor
El Athletic gana con fortuna un partido que dominó el Mallorca
Nada mejor tras la euforia y el miedo que encontrarte a los cuatro minutos con una jugada fortuita , una decisión arriesgada del árbitro y un gol de penalti que teoricamente te tranquiliza el ánimo, te asienta el estómago (donde anidan los nervios) y te aclara la vista. Pues no. Esa psicología no va con el Athletic, más acostumbrado a sufrir que a disfrutar, más a responder que a pensar. Hay equipos que buscan desesperadamente un gol temprano para tener algo que gestionar y otros que buscan un gol tardío para no tener que pensar demasiado.
El Athletic pertenece más a los segundos que a los primeros. Es lo que tiene el fútbol gladiador. Y eso que el Mallorca acusó el golpe más de lo previsible. Enfrentaban rachas contrarias (siete partidos sin ganar el Athletic, siete sin perder el Mallorca) y el gol de penalti (de esos que provocan tantas dudas como polémicas, que si el brazo pegado, que sí estirado) le dejó tocado al equipo de Manzano. Sin balón, sin orientación, le regaló el Mallorca al Athletic unos 25 minutos para que le diese la puntilla, para que lo sacase del partido, para que le enseñase el camino de vuelta. No es la habilidad del equipo de Caparrós. Menos aún si Fernando Llorente acusaba problemas estomacales que le obligaron a retirarse a poco de iniciarse la segunda mitad.
Athletic 2 - Mallorca 1
Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; Susaeta, Orbaiz, Javi Martínez, Yeste (Del Olmo, min.77); Ion Vélez (David López, min.70) y Llorente (Toquero, min.59).
Real Mallorca: Aouate (Lux, min.81); Scaloni, David Navarro, Nunes, Ayoze; Varela (Gonzalo Castro, min.67), Martí, Santana, Arango (Trejo, min.74); Jurado y Aduriz.
Goles: 1-0, min.4: Yeste, de penalti. 1-1, min.72: Jurado. 2-1, min.84: Javi Martínez.
Árbitro: Mejuto González (Colegio Asturiano). Mostró tarjeta amarilla a los locales Koikili, Susaeta, Yeste, Ocio, Javi Martínez y Orbaiz, y a los visitantes Nunes, Jurado y Scaloni.
Incidencias: Cerca del lleno en San Mamés. Unos 35.000 espectadores. Tarde fresca y terreno de juego en buenas condiciones. Vigésimo novena jornada de liga.
Aduriz falló lo que no acostumbra
El gol comenzó a convertirlo en una anécdota el Mallorca, a poco que Jurado y Arango engancharon el juego y los laterales obligaron a los extremos rojiblancos a perseguirles y no viceversa. Les fallaba Aduriz que, extrañamente, fallaba goles que no acostumbra. Cuando superó el trago, el Mallorca cogió las llaves de San Mamés y cerró el campo. Se quedó con el balón, lo movió por donde quiso, lo envió a donde pretendía aunque no le metió donde quería.
Desapareció el Athletic cuando mejor lo tenía y apareció el Mallorca cuando se quitó el rejón del gol. No está sobrado el Athletic de argumentos: es el problema de tener una sola forma de jugar, basándose en el juego directo. Pero sin Llorente es más difícil.
Para el Mallorca era más fácil controlar el balón, recuperar la paciencia y encontrar la conexión adecuada, es decir, la de Arango, que controló entre tres jugadores y cedió a Jurado, que marcó entre tres jugadores. Era el castigo a la impericia rojiblanca y al manejo mallorquinista de la base del fútbol del balón. Pero como el fútbol no sabe de castigos ni de justicia castigó al Mallorca con un gol inesperado de Javi Martínez en una jugada aislada que se tragó Lux. Un minuto antes, Iraola hizo la mejor parada del partido sacando un remate de Aduriz. Más que un milagro, fue el triunfo de la injusticia. Ganó el peor, pero esas cosas pasan.
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