Nunca es tarde para el Barça
El equipo de Guardiola remonta un 2-1 adverso y se lleva de nuevo los tres puntos a casa
El Barcelona compareció en Pamplona dispuesto a seguir sumando puntos y al tiempo, aumentar honores a base de romper récords. Consciente de que el título pasa por ganar inexcusablemente en campos como el viejo Sadar, ayer dejo su impronta de equipo fiable, que puede llegar a romperse, pero jamás a doblarse. El Barcelona no pudo jugar cómodo ni cuando Eto'o le puso en ventaja. Un remate de Juanfran en el primer saque de esquina de la segunda parte, muchas ganas y una contra que terminó Pandiani anticipándose a Puyol le alcanzaron a Camacho para poner al Barcelona contra las cuerdas, pero no para ganar el partido. Resulta que este Barça, además de talento y juego, también posee orgullo, así que se puso en pie y dos goles, de Xavi y Messi, le dieron para celebrar un triunfo muy trabajado y seguramente merecido.
Osasuna 2 - Barcelona 3
Osasuna: Roberto; Azpilicueta, Sergio (Josetxo, m.46), Miguel Flaño, Monreal; Puñal (Portillo, m.59), Vadocz; Juanfran, Nekounam, Plasil (Masoud, m.82); y Pandiani.
Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Xavi, Busquets, Keita (Bojan, m.76); Messi, Eto'o (Touré, m.89) y Henry (Iniesta, m.65).
Goles: 0-1, m.45: Eto''o. 1-1, m.63: Miguel Flaño. 2-1, m.72: Pandiani. 2-2, m.80: Xavi. 2-3, m.85: Messi.
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a Josetxo (m.69), de Osasuna, y a Abidal (m.32), Valdés (m.69) y Busquets (m.93), del Barcelona.
Incidencias: Encuentro de la decimoctava jornada de Liga celebrado en el estadio Reyno de Navarra ante 18.388 espectadores.
Por tercera vez en lo que va de campeonato, Guardiola repitió equipo (antes, sólo lo había hecho contra el Numancia y contra el Almería) y apostó por los mismos hombres que ganaron en Vila-real en un partido que se suponía que iba a ser parecido al que disputó en Bilbao, o incluso más tenso, pero que al final, resultó muy distinto. El punto de partida del Barça varió sustancialmente si atendemos a su apuesta en San Mamés. De entrada, recuperó el dibujo más clásico del equipo y sin Márquez, sancionado, Hleb y Sánchez, lesionados, ni Iniesta, en el banquillo por decisión técnica, confió en Puyol y Piqué para que ejercieran de frontón y punto de partida; en Xavi para que guardara la pelota; y en Messi, que debutaba en Pamplona, para perforar la pétrea zaga pamplonica. A diferencia de aquél partido en Bilbao, peleado y de ida y vuelta, ayer el Barcelona se volcó en la frontal del área de Osasuna durante las tres cuartas partes del duelo, cuando le buscó las cosquillas al rival siguiendo a Xavi, que parece dotado de una visión cenital y encuentra espacios donde no parece que los haya. Ocurrió el día en que cumplía el volante 300 partidos con el Barcelona. Xavi saltó líneas y ensanchó el campo con criterio, aunque le esperaran hasta nueve jugadores de Osasuna amontonados en la frontal de su propia área.
El Barcelona dominó la primera parte partiendo de la solvencia de Busquets y Keita en la recuperación y desde la necesidad de tener la pelota. Xavi maceró el partido. Necesitaba seis pases seguidos y una pizca de velocidad en última instancia y, a base de paciencia, dejó que Osasuna fuera venciéndose. No llegó mucho, pero cuando lo hizo dio miedo y si no marcó antes del zapatazo letal de Eto'o al filo del descanso, fue porque en el minuto 10 el eslalon de Messi entre Sergio y Miguel Flaño, terminó en el palo. Hubiera sido un gol a la altura del que en su día firmó Romario, o del de Ronaldinho en este mismo campo. La madera lo abortó. Apareció en cuentagotas el argentino, que jugó casi tanto rato por la banda derecha como por el centro.
Osasuna vivió escondido en la cueva tratando de robar una mala pelota para salir zumbando y plantarse ante Valdés. No le funcionó nunca el plan. Pero resulta que el Barça se tomó un resuello y alargó tanto el descanso que cuando se quiso dar cuenta, iban 27 minutos de la segunda parte y Osasuna le había dado la vuelta al marcador. Le bastó con un saque de esquina que remató Flaño con algo de suerte, y una contra culminada por Pandiani anticipándose a Puyol para llevar el partido a su terreno.
Castigado en el hígado, el Barça se tambaleaba, pero sacó el orgullo y se fajó en un intercambio de golpes del que sacó ventaja. Pegó pronto para el empate, premio para Xavi que culminó una internada de Alves y, también por la derecha, Messi tumbó a Osasuna de un zurdazo desde fuera del área. Jugó con fuego el Barça, pero llegó a tiempo para reencontrarse con un partido que se le había escapado por dejadez. Se corrigió por orgullo y tuvo premio de los que honran a un equipo ganador y fiable.
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