Tarde de fiesta en Riazor

Hace ahora un año, el Deportivo pasaba unas amargas Navidades en las zonas bajas de la clasificación, pero 2008 ha sido un bálsamo para Lendoiro y Lotina. El técnico vasco ha levantado al equipo para llevarlo a Europa, mantenerlo en la liza internacional y situarlo en los puestos nobles de la Liga. Por momentos, Riazor vuelve a ver fútbol porque jugadores como Verdú, Filipe o Lafita han crecido e incluso el siempre cuestionado Bodipo ha conseguido reivindicar su valía y, tras el gol que valió el pasaporte ante el Nancy, consiguió ayer un tanto de bandera, un testarazo que dio vida al equipo cuando peor lo estaba pasando.

El Deportivo salió como un ciclón. En el primer minuto, Verdú envió un centro-chut al larguero. En el segundo, Bodipo se destapó con un taconazo que sacó el meta con apuros. En el tercero, un cabezazo de Lopo lo salvó Arzo bajo los palos. Seis minutos después, marcó el propio central tras desviar un remate de Ze Castro tras un saque de esquina. Superado por tal despliegue, el Recreativo abrió el paraguas y se dispuso a aguantar el chaparrón. Sergio anotó el segundo de penalti después de que Lafita aprovechará la gentileza de Jesús Vázquez, más preocupado por disculparse de una tarascada anterior que de tapar espacios por delante de la zaga.

Se gustaba el Deportivo, dominador y codicioso, pero el Recre se metió en el partido con una acción aislada en la que erró Turienzo al convertir en penalti una falta de Aranzubía sobre Rubén al borde del área. El césped quedó levantado justo donde se produjo el contacto y por ahí pudo encontrar alguna pista el árbitro, pero ni así atinó. Marcó con maestría Adrián Colunga y llegaron las dudas al Depor, que no supo si tocaba contemporizar o explotar su manifiesta superioridad. Fue ahí donde su rival mostró credenciales. Hasta que llegó el gol de Bodipo justo al filo del descanso. A partir de ese momento el combo de Lotina dejó entrever señales de madurez. No volvió a despistarse y ni los intentos de Lucas Alcaraz en la búsqueda de mayor presencia en ataque impidieron que se jugara en terreno onubense. Fue entonces el momento de abrir los regalos: Bodipo se fue ovacionado, Lafita y Verdú encumbrados y Filipe deseó a Riazor feliz Navidad con una delicia que sirvió para cerrar el partido.