El Real Madrid endereza el rumbo

El Real Madrid firmó el acta de defunción del iurbentia Bilbao, el tercer equipo que ha pasado ante él en una semana, alejó los nubarrones que se cernían sobre él tanto en la Euroliga como en la ACB y coloca, por fin, el balance victoris-derrotas en números negros. Los blancos volaron de la mano de los hombres como Felipe Reyes, que alcanzó la cifra histórica de 2.500 rebotes (le hacían falta dos y capturó cuatro), del base Sergi Llull, que fue el máximo anotador del choque -quince puntos-, y de un refrescante Jeremiah Massey, que firmó un completo encuentro con nueve rebotes y catorce puntos.

Louis Bullock, desde luego, tampoco faltó a la cita, pero esta vez nada ni nadie le colocó en la tesitura de un final a la desesperada. Cuatro triples en el primer cuarto insuflaron calma y ventaja a los blancos, que en los siete minutos iniciales sólo recibieron puntos por parte de Javier Salgado y del lituano Ramunas Seibutis. Aún así, el parcial del periodo (23-20) y el hecho de tener enfrente al iurbentia Bilbao, con éxitos sonoros en pistas difíciles, hacían que los espectadores se removieran intranquilos en la grada.

De cualquier modo, Madrid y Bilbao se lanzaron a un intenso tiroteo desde el perímetro que distanció a los locales, ya dentro del segundo tramo (43-30), sacó brillo a los poderes del Massey, un ciclón dentro de la pintura -nueve rebotes- y clausuró el primer tiempo con trece puntos de distancia (47-34). Las sensaciones del Real Madrid terminaron de entrar en ebullición en el tercer corte.

El Madrid ofreció los mejores minutos de juego de la temporada en el tercer cuarto. La brecha creció sin que el Bilbao, que jugaba bien, pudiera detener a un equipo que, después de algún tiempo, volvía a divertirse en la cancha (66-45). El último cuarto quedó a beneficio de inventario. Los vizcaínos aprovecharon el trance para suavizar los números y el Madrid para disfrutar de un buen rato sobre la cancha.