El Stuttgart se deshace en un minuto
Romaric y Renato le dan una victoria cómoda a un Sevilla sobrado de músculos
Si ayer hubo alguna consigna entre las filas sevillistas, debió ser la de la contención. Manolo Jiménez sentó en el banquillo a Maresca y Duscher, con lo que el centro del campo del Sevilla quedaba huérfano de un director de orquesta. En su lugar, apostó por el músculo y la contundencia de Romaric y Fazio. Pura contención para frenar a las dos torres del Stuttgart, Mario Gómez (1,89 m) y Martin Lanig (1, 90 m), a los que consiguieron secar. Sin Luis Fabiano, al que el técnico sevillista prefirió reservar, el Sevilla tuvo bastante con un minuto, un zurdazo de Romaric y la cabeza de Renato.
El conjunto de Armin Veh aceptó la invitación. Si el Sevilla renunciaba a la manija, ya se encargarían Pardo y Hetzlsperger de poner orden y concierto. Los dos medios alemanes trataban de interpretar la partitura, cuando poco a poco el círculo central se fue transformando en un laberinto. No conseguían conectar con sus delanteros. Cada vez que tiraban una diagonal, aparecía Fazio y mandaba al traste los planes de los alemanes. En esas estaba el Stuttgart, cavilando, cuando Romaric cayó derribado en el pico del área. El costamarfileño pidió que le dejaran solo. Armó su pierna izquierda y envió el balón a la escuadra contraria de Lehmann. El meta alemán poco pudo hacer, salvo seguir contemplar el vuelo del balón y recogerlo del fondo de la red.
SEVILLA 2; STUTTGART 0
Sevilla : Palop; Konko, Squillaci, Escudé, Fernando Navarro; Navas (Fernando, m. 75), Fazio, Romaric, Adriano; Renato (Maresca, m. 62) y Acosta (De Mul, m, 21). No utilizados: Javi Varas; David Prieto, Crespo y Duscher.
Stuttgart : Lehmann; Träsch, Boulahrouz, Delpierre, Magnin; Hilbert (Marica, m. 46); Pardo, Hitzlsperger, Boka (Sebastián Rudy, m. 73); Martin Lanig (Elson Falcao, m. 57) y Mario Gómez. No utilizados: Stoltz; Tasci, Cacau y Manjdeck.
Goles : 1-0. M. 15. Lanzamiento de falta de Romaric, que envía el balón a la escuadra de la portería de Lehmann. 2-0. M. 16. Centro de Konko que cabecea Renato.
Árbitro : Stanislav Sukhina (Rus). Amonestó a Palop, Pardo.
Unos 35.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán
Aún no se había recuperado el Stuttgart del mazazo, cuando el Magnin, desafortunado en el lateral derecho, vio cómo Konko se sacaba un centro que cabeceaba Renato. Un minuto que deshizo al equipo alemán.
La lesión de Acosta provocó una carambola abracadabrante. De Mul (que ayer expuso todo su repertorio después de que Jiménez la hubiera obviado esta temporada en su sistema de rotaciones) le sustituyó. El belga se sitúo en la banda izquierda, enviando a Adriano a la orilla opuesta, y de rebote, colocando a Navas de delantero centro. La línea ofensiva del Sevilla quedaba irreconocible. Pero la carambola funcionó. Eso sí, ayudado por un Stuttgart que dio todos los pasos atrás que se podían dar, hasta dejar de la mano de Dios a Mario Gómez. Perdido en terreno local, acosado por la sombra de Squillaci y Escudé, el hispano-germano terminó achaparrado.
Así continúo en el segundo tiempo. Solo, muy solo frente a Palop- Aunque el delantero quiso dejar su sello de calidad con un cañonazo que se estrelló en el Palop, y un remate de cabeza que puso al Sánchez Pizjuán con el corazón en el puño. Armin Veh intentó revitalizar a los suyos dando entrada a Marica y a Elson Falcao. El encuentro aumentó el voltaje. El Stuttgart salió de la cueva y merodeó con más frecuencia la caseta de Palop. Sin embargo, con tanta electricidad acabó pillándose los dedos. El equipo de Nervión pudo poner el tercer gol en el marcador, pero la mano de Lehmann lo quiso evitar. El Sevilla dejó morir los minutos finales. Para el Stuttgart, aquel minuto de la primera parte fue su sentencia de muerte.
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