El gran batacazo
El envejecido atletismo español concluye sin medallas por primera vez desde Seúl 1988
Allí, prácticamente en el mismo cruce, la salida del 200, en el que Usain Bolt empezó a dejar al mundo con la boca abierta, Marta Domínguez se dio el gran morrazo, el golpe que simboliza la actuación del atletismo español en unos Juegos Olímpicos, que concluye sin medallas por primera vez desde Seúl 1988. "Ha sido decepcionante", reconoce José María Odriozola, presidente de la federación y seleccionador del equipo; "traíamos un equipo con un potencial para un cierto número de medallas que no se han conseguido".
El bajo rendimiento del atletismo español, envejecido, encogido, que sólo ha sido capaz de batir un récord nacional, el de María Vasco en los 20 kilómetros marcha, contrasta con la gran fiesta que ha vivido el mundial, con múltiples plusmarcas olímpicas superadas y nada menos que cinco mundiales ?las tres de Bolt y Jamaica, los 3.000 obstáculos de Gulnara y la pértiga de Isinbayeva?, al nivel de Moscú 1980, donde aún coleaban los milagros de la preparación del atletismo femenino de la RDA, y en contraste con la sequía vivida las últimas ediciones: en Atenas sólo se batió un récord, también de Isinbayeva, y en Sidney ninguno.
Marta Domínguez, tan grande es la palentina, también personifica otras características de una generación que lleva una década representando al atletismo español y que parece estar en su ocaso, aunque nunca, ni en los momentos de su máximo esplendor, ha estado en los Juegos a la altura que el imaginario colectivo le ha colocado. En los ocho Juegos disputados desde que Jordi Llopart consiguió en Moscú la primera medalla de la historia, en total sólo se han conseguido 11 puestos en el podio, incluida la excepcional y peculiar cosecha de cuatro de Barcelona 1992. Así que cero tan poco es tan mal número. "Hemos tenido dos oportunidades claras de medalla, la de Marta y la de Vasco, y nos vamos con 11 finalistas, el mayor número de la historia", recalca Odriozola, quien cree que la mitad del equipo, 53 atletas, el menor número desde Barcelona, ha competido bien, un cuarto regular y un cuarto mal.
Quizás el símbolo de este resumen, y también Odriozola lo individualizó, es el discóbolo canario Mario Pestano, que acudía con una de las mejores marcas del mundo y no llegó a la final. Desde Sevilla 1999, Pestano, de 30 años, ya ha participado en siete competiciones entre Juegos y Mundiales: sólo una vez, en París 2003, fue finalista (octavo). "Pero Fermín y Marta [en referencia al carácter competitivo de Cacho, el único oro olímpico de atletismo en pista, y Domínguez] se nace, no se hace", dice Odriozola; "hay atletas que no tienen capacidad de competir. Se nace con ella o no se nace. Es como las fibras rápidas de los sprinters. Se tienen o no se tienen. No se pueden conseguir en otra parte. Los músculos y la cabeza están en los genes".
Domínguez tiene ya más de 30 años, como más de la mitad del núcleo duro del equipo, y ya es veterana en varias citas olímpicas y mundiales. Y, como ella, Jesús Ángel García Bragado, que tiene 38 y cuyo cuarto puesto en los 50 kilómetros marcha ha sido el mejor resultado español en Pekín. "Sí, nuestros atletas son veteranos, pero muchos aguantarán hasta los Europeos de Barcelona 2010. No hay que echar a nadie por la edad", dijo el presidente, que fía a la cita europea, a la habitual recolecta española en la competición continental, el final del ciclo actual. "Marta, por ejemplo, si hubiera conseguido medalla, se habría retirado, pero ya me ha dicho que no quiere hacerlo sin luchar otra vez en unos Juegos. Así que la veremos en Londres 2012".
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