Un colegio de primaria por cada oro

Los Juegos Olímpicos de Pekín contribuirán a mejorar la escolarización de los niños chinos en las zonas rurales más pobres del país. Al menos así será si el grupo Haier, fabricante de electrodomésticos y patrocinador oficial de los Juegos, cumple su promesa: construir una escuela de primaria por cada oro que gane China.

Las donaciones se realizarán a través de Proyecto Esperanza, una organización benéfica que pretende mejorar los índices de escolarización en China. Aunque teóricamente todos los niños chinos pueden acceder a la educación primaria, la realidad es que en las zonas rurales más pobres muchos padres no pueden permnitirse pagar las tasas de escolarización, que varían mucho de unas regiones a otras.

A buen seguro, la provincia de Sichuan será una de las que podrán beneficiarase de la iniciativa. Un terremoto devastó la región el pasado mes de mayo, destruyendo muchas escuelas y causando numerosas víctimas infantiles.

De momento, el primer fabricante de electrodomésticos en China, que tiene sede en la ciudad que acoge la competición de vela, Qingdao, deberá construir dos escuelas. Y es que, en el primer día de competición, la levantadora de pesas Chen Xiexia y el tirador Du Li, han conseguido los dos primeros oros del país anfitrión.

En los Juegos Olímpicos de Atenas, China fue segunda en el medallero con 32 oros, tres menos que EE UU. Sin embargo, las autoridades chinas han desarrollado un ambicioso plan deportivo y confían en superar ampliamente esa marca en sus Juegos. Si las predicciones se cumplen, los deportistas chinos podrían regalar más de 40 colegios a los niños más desfavorecidos.