44 años no son nada
España debe redimir cuatro décadas de frustraciones con un equipo al que no se le discute la cosmética
De Iribar a Casillas, de Marcelino a Fernando Torres: una travesía por el desierto de 44 años. De nada le ha servido a España tener la ocasión de redimirse cada dos años, ya sea en un Mundial o en una Eurocopa. La selección ha probado todo tipo de recetas con igual resultado. No ha habido quien dé con la pócima. El equipo se despeña en las fases finales, necesita distancias largas. Desde 1978 se ha clasificado para todos los Mundiales y Eurocopas (salvo la cita sueca de 1992), algo de lo que no pueden presumir, por ejemplo, Francia, Italia y Holanda. Esta vez, tampoco Inglaterra, donde el babelismo de sus imperiales clubes ha ido en detrimento de su armada local.
Más allá de la crónica depresión española, el equipo de Luis Aragonés acude a la cita de Austria y Suiza con el mismo paisaje que en otras ocasiones: sensaciones contradictorias en un imaginario colectivo que quiere creer sin mirar por el retrovisor, un técnico discutido, ausencias debatidas y una plantilla más tuneada para lo fino que para lo grueso. A este grupo no le falta cosmética, sino ese cromosoma competitivo que distingue a italianos y alemanes, para los que ganar o ganar es la única dicotomía. La vía española pasa por abanicar la pelota como vacuna defensiva y amenaza ofensiva. Una fórmula innegociable cuando se alistan futbolistas como Xavi, Iniesta, Cesc y Silva. Ellos son la seña de distinción del equipo y quienes marcan una partitura incomparable con la de cualquier otro. Sin embargo, Luis tendrá que afinar el resto de las líneas. La delicadeza de los medios no garantiza el dique necesario en una selección con defensas de corte raso que llegan a la Eurocopa tras su peor temporada (Puyol, Marchena, Albiol, Juanito). También habrá que enhebrar a Fernando Torres, cuajado en el juego largo y de amplios horizontes que preconiza Rafa Benítez en el Liverpool. En la roja, sus aguadores son tendentes al juego de billar, al toque corto. En Anfield también le asisten extremos, pero en España han sido desterrados tras la mala salud de Vicente, la dejadez de Reyes y la irregularidad de Joaquín. Hasta el estreno con la huesuda Rusia de Guus Hiddink, el día 10, Luis tiene tajo por delante, tanto táctico como en el diván. Pero no es la única selección en el andamio.
Luis Aragonés tiene un grupo más perfilado para lo fino que para lo grueso
Torres está más cómodo en Liverpool, con grandes espacios y juego largo
La actualidad de la Selección |
Luis Aragonés |
La estrella: Iker Casillas |
En Italia no todos admiten al histriónico Cassano y al viejo Del Piero, en Suecia no domestican a Ibrahimovic, en Francia hay quien añora a Trezeguet, en Holanda no encuentran un Krol o un Koeman que articule el juego desde atrás y en Portugal la gran estrella del momento, Cristiano Ronaldo, no tiene tiempo de ocuparse del torneo, encantado como está que haya tanto rastrillo a su alrededor.
Las vísperas, siempre agitadas, conceden a España su enésima oportunidad. Al fin y al cabo, 44 años no son nada. ¿O son muchos?
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