Massa supera el infortunio

Ferrari no varía su filosofía. Es una escudería ganadora, y como a todas las grandes firmas, le gusta ganar de forma aplastante. Sin vacilaciones. Hoy lo ha hecho en Bahréin, casi un calco ? si bien más interesante- de lo que ocurrió hace unas semanas en Malaisia. Se cambiaron los papeles. Felipe Massa se deshizo de Kubica en las primeras curvas, y desde el inicio comandó junto a un discreto Kimi Raikkonen el cortejo de pilotos y apenas acusó la amenaza fehaciente de BMW. La estrategia fue perfecta, y esta vez el paso por boxes no cambió el devenir de la carrera. El brasileño superó el embrujo que le acompañaba desde que comenzó la temporada con un paseo tan solitario como abrumador hasta la línea de meta, y sonrió por primera vez desde lo más alto del podio, sabedor de que Bahréin es su sitio. Su territorio.

Desde el primer minuto, pese al dominio evidente de la escudería italiana, la carrera ha sido un monólogo atractivo desde para la parte media de la parrilla. El británico Lewis Hamilton partía con la idea de reafirmar su liderato, pero su McLaren no se lo ha permitido. El apagón del semáforo le ha dejado clavado, con la marcha sin engranar, y en un par de segundos se perdió la aspiración y una decena de posiciones. Todo un fiasco que ha servido, a la postre, para satisfacer la demanda de muchos aficionados ansiosos de ver una lucha Alonso-Hamilton, hasta ahora inconcebible por razones mecánicas.

El español, décimo y con un Renault que sigue sin dar la talla, ha aprovechado el error de su ex compañero para adelantarle, y el ímpetu de éste por resarcirse cuanto antes del asturiano ha terminado con el morro de su monoplaza destrozado tras chocar con la cola del R28. No había transcurrido ni una sola vuelta y Hamilton erraba por segunda vez. Si el inglés albergaba esperanzas de llegar al podio pese al desliz en el arranque, el segundo error ha arruinado sus opciones de llegar si quiera a los puestos de cabeza. Una auténtica pesadilla para el inglés, que concluyó decimotercero, doblado en pista por Raikkonen.

Alonso, a la espera de un salto tecnológico, no ha podido hacer más de lo que le ha permitido su Renault. Luchando contra la adversidad, y con el alerón trasero dañado por el encontronazo con Hamilton, el bicampeón ha mantenido una pugna con Timo Glock que los repostajes se han encargado de resolver. Alonso no ha podido mejorar su posición de inicio, pero a nadie ha sorprendido.

La sorpresa fue, en cambio, Robert Kubica. El autor de la 'pole' se vio perjudicado por una salida demasiado prudente, y aunque mantuvo el tipo detrás de la estela de Ferrari, en ningún momento hizo sombra a las dos balas rojas. BMW es una amenaza tangible ?su tercer y cuarto puesto lo confirman- pero no para Ferrari, al menos, por ahora. A Fernando Alonso le crecen los enemigos: Ferrari está en otra dimensión, y aparte de McLaren, que salvó la cara con un sexto puesto de Kovalainen, la marca alemana se perfila como el tercer rival a batir a partir de Montmeló, sin olvidar a Toyota y Red Bull.

Barcelona será la esperanza de Alonso y de Renault. Para la cita catalana el 23 de abril, la escudería del rombo ha prometido evoluciones que harán del R28 un coche más competitivo, más mordaz. Cuanto antes se apliquen las mejoras en aerodinámica y velocidad punta, antes podrá iniciarse la escalada de puestos. Sólo se han celebrado tres grandes premios, pero la superioridad de Ferrari y la rapidez de Raikkonen, nuevo líder del Mundial, auguran una racha de victorias muy a tener en cuenta si el objetivo final es el título.

Los primeros del Gran Premio de Bahrein en lalistaWIP