Riganó da la primera victoria al Levante
El italiano ha sido el autor de los tres goles levantinistas
Al Levante le bastaron 45 minutos para librarse de buena parte de sus males y anotarse una trabajada victoria, la primera en lo que va de Liga. Lo consiguió ante el Almería en un partido que tuvo nombre propio, el del italiano Christian Riganó, autor de los tres tantos.
El equipo valenciano no se dejó intimidar por la vergüenza y la amenaza de poder convertirse en el peor conjunto que jamás haya habido en Primera División (de no ganar habría superado los peores registros del Sporting de la campaña 97-98) y saltó al campo como un ciclón para dejar bien claras sus intenciones desde el inicio.
De la mano de un inspirado Riganó, casi inédito en lo que va de Liga, los de Giovanni De Biasi se deshicieron de todos los maleficios y complejos que les han perseguido en este inicio de Liga y, en apenas quince minutos, ya habían conseguido meter dos goles y estrellar un balón en el palo. Por primera vez este año, el Levante fue un equipo, un grupo sólido desde la defensa hasta su único delantero. Los jugadores ofrecieron espectáculo, hicieron vibrar a la grada y lo más importante: ganaron. Para cualquiera que viese el encuentro del pasado miércoles, en El Madrigal, lo de hoy no tuvo explicación alguna.
Además, todos los goles logrados por el italiano Riganó fueron de una gran belleza y mérito, especialmente el segundo, en una acción en la que se coló entre dos defensas rivales, les sacó el balón con un sombrero y, sin dejar caer la pelota, la puso donde Cobeño no podía llegar. No es que no hubiese rival, porque ciertamente el Almería creó peligro desde el principio con unos contraataques muy rápidos e incluso Kalu Uche pudo haber empatado el encuentro en el minuto nueve con un tiro al palo, pero fue demasiado lastre para el equipo andaluz el haber recibido un gol a los quince segundos de juego y otros dos antes del descanso.
Álvaro Maior, lesionado
Al parecer, De Biasi dio con la clave, sus modificaciones en el once funcionaron a la perfección: el brasileño Savio de media punta en lugar de extremo, Riga en la banda izquierda y, sobre todo, la presencia de José Serrano en el centro de la defensa, pues sus pases fueron decisivos en la victoria de su equipo. El único contratiempo para el equipo local fue la lesión del brasileño Álvaro Maior, que se retiró mareado en el minuto 31, circunstancia que Unai Emery aprovechó para mover el banquillo y sumar efectivos al ataque.
Tras el descanso el encuentro dio un giro hacia el conservadurismo más extremo por parte del Levante, que se encerró en su área consciente de su gran ventaja y de las dificultades que iba a tener el Almería para recortar distancias. De hecho, al conjunto andaluz le costó mucho crear peligro, y únicamente pudo llegar al área rival con tres disparos lejanos que apenas incomodaron a Storari.
Por contra, el Levante anduvo cerca de marcar el cuarto en los instantes finales del encuentro, donde se impuso la frescura de Miguel Ángel y Saúl al contraataque.
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