Euforia en Brasil por poder albergar la Copa del Mundo en 2014

La noticia llegada de Suiza de que la Fifa habia escogido a Brasil para albergar la Copa del Mundo en 2014, no por esperada dejó de convertirse en el acontecìmiento del dia alimentando la euforia no sólo de los hinchas de futbol sino de toda la población. Brasil es impensable sin su pasión por el futbol. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que estuvo presente en Zurich a la decisión de la Fifa, lo sabe muy bien y aprovecha todas las ocasiones en sus discursos políticos para usar metáforas fubolísticas.

Ayer tarde, los sites de internet hervían en encuestas sobre qué pensaba la gente de la calle sobre la decisión de la Fifa que despues de más de medio siglo vuelve a escoger a Brasil como sede de la Copa. Los resultados ayer eran unánimes al 98%: un regalo para el país. Se recordaba que Alemania, con motivo de los últimos mundiales produjo 40.000 empleos fijos. Se piensa que la economía del pais dará un salto y que Brasil volverá a ser, despues del "hecho Lula", un escaparate para el mundo. Y, claro, todos tuercen para que Brasil sea finalista, con quién sea, pero finalista.

Quizás la más entusiasmada con la idea haya sido la ministra de Turismo, la sexóloga Marta Suplicy, ex alcaldesa de São Paulo, quien ha visto la Copa como la gran ocasión de lanzar el turismo de un pais que tiene ocho mil kilómetros de playas vírgenes, una de las selvas más impresionantes del mundo, como la Amazonia y unas gentes que acaban siempre cautivando hasta a los turistas más exigentes.

No han faltado sin embargo los críticos, que recuerdan que Brasil deberá antes del 2014 acabar con el actual casos de los aeropuertos, aliviar la violencia de las ciudades que deberán acoger las competiciones y crear unas insfraestructuras hoteleras y de locomoción que el pais no posee, cosas de las que se han librado muy mucho de hablar en Zurich, desde donde sólo llegaron ecos de fiesta.