Paseo de España ante la República Checa
El equipo de Pepu Hernández vence 79-55 al combinado checo, en el sexto encuentro de preparación del Europeo 2007
España también ganó a la República Checa, su vigésima tercera víctima seguida y su sexta presa en la preparación del Europeo 2007, al que sigue aproximándose sin perder el pulso y con aspecto de gran equipo.
España desborda espíritu competitivo. Luce la corona de campeona mundial conquistada en Japón 2006 y hace honor a ello con una puntualidad germánica. Aunque respecto a la nómina de reyes planetarios le falta Jorge Garbajosa, cuyo puesto cubre con más que buena nota el barcelonista Jordi Trias, en la élite nadie regala nada y, por supuesto, la República Checa tampoco, pero pese a aparentar ciertas tribulaciones durante ciertos minutos, luego despacha los asuntos con la frialdad de un funcionario insensible.
Así va a ser el Europeo. Un constante duelo contra selecciones de primer nivel concienciadas para buscar una medalla, para inyectarse una buena dosis de prestigio y moral si los Golden Boys se cruzan en su camino y les pueden tumbar y, desde luego, para jugar todos los días al 100%.
Poca resistencia checa
La República Checa, al margen del circuito internacional desde el Eurobasket de Francia'99 -su primera intervención como país independiente-, está preparando con mimo y una buena generación de jugadores el torneo continental español. Lo dejó muy claro en Castellón, donde fue un hueso durante todo el primer tiempo.
Pepu Hernández aterrizó en Valencia con felicidad por avistar ante sí unos días sin demasiados viajes y con entrenamientos en un mismo sitio, con menos exigencia pública que en los primeros amistosos, porque está muy pendiente de ajustar la preparación del equipo en lo físico y en lo táctico.
Pau Gasol miró más al aro de principio que en los anteriores amistosos. Firmó diez puntos en el primer cuarto y eso sacó a España de un buen atolladero porque la zona de los centroeuropeos atascó a una España que, cuando no domina autoritariamente, debido a sus méritos y a su calidad, parece que juega a trompicones aunque sepa muy bien lo que hace en cada instante.
En Castellón, desde luego, rindió en un régimen de bajas revoluciones hasta el descanso. La República Checa firmó un 17-17 muy aseado en el corte inicial y, empeñada en la zona y con un poco de aquí y otro de allá, sostuvo la mirada sin pestañear todo el primer periodo (33-30).
El banquillo español ya había recurrido incluso a una de las configuraciones más guerreras de las que pone en pista, con Carlos Cabezas y Berni Rodríguez, Marc Gasol, Trias y Rudy Fernández para contener la euforia de su adversario. El mediano de la saga Gasol -el pequeño es Adriá y aún progresa en categorías inferiores- aportó una consistencia clave al quinteto nacional en el segundo tramo. Otras veces ha pasado lo mismo durante esta preparación, que un rival anuncia tormenta y acaba empapado. España volvió a apretar el acelerador a partir del tercer cuarto. Parecía que se sentía poco cómoda hasta entonces, pero un mínimo apretón le iluminó otra vez como ese equipo intratable que lleva paseándose casi dos años sin rumiar una derrota.
A la vuelta del vestuario anotó un 22-11 que le sacó de encima la turbulencia checa (55-41). Abrió el tanteo, aplacó las ansias de la República checa y aumentó a veintitrés la relación de victorias que acumula desde que Pepu asumió el mando. Por ahora, sólo hay equipos que dan guerra un rato. Todavía no hay noticias de ninguno que salga con buen pie de una cita con los Golden Boys de José Vicente Hernández.
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