Turienzo aleja al Madrid del liderato
Los de Capello, que terminaron con dos hombres menos por las expulsiones de Helguera y Mejía, se dejan tres valiosos puntos en Santander (2-1) y pierden gas en su lucha por el liderato
Soñaba el Madrid con alcanzar el liderato de Primera, con acostarse sin ningún rival por delante, pero dos penaltis señalados por Turienzo, que también expulsó a Helguera y Mejía, acabaron con las ilusiones blancas. El Real Madrid se adelantó por medio de Raúl en la primera mitad y realizó un partido muy serio, pero Turienzo señaló un penalti inexistente de Diarra sobre Scaloni que marcó el rumbo final del encuentro.
Arrancó el partido con mucha intensidad, con dos saques de esquina del Racing en los primeros tres minutos e Iker Casillas calentando las manoplas demasiado pronto. Los de Miguel Ángel Portugal, presionando muy arriba, desplegando el ataque con mucha rapidez, contagiados de la eléctrica movilidad de Munitis y agarrados a la "boya" Zigic, estaban poniendo en serios aprietos a la zaga blanca, que gestionaba los arreones con concentración e intensidad. El Madrid respondió con un fuerte disparo de Diarra que sacó Rubén bajo palos, pero era el equipo santanderino el que parecía más ambicioso y entonado.
Tardaron los de Capello en entrar en el partido, algo que les ocurre habitualmente cuando juegan lejos del Bernabéu, pero poco a poco, gracias quizá a la contundencia y seguridad de la línea defensiva, los hombres más avanzados del Real Madrid comenzaron a tener más peso en el encuentro y el animoso inicio del Racing se apagó para dejar paso a un partido más igualado y abierto.
Munitis era el motor del Racing, estaba en todas y para todo, estaba siendo el mejor del partido, una verdadera e incansable pesadilla, un jugador al que no se podía perder de vista. Pero el Madrid, que ya venía avisando, no perdonó cuando tuvo la ocasión. Y fue un regalo. Y no se le puede regalar nada al Madrid. Que nunca lo rechaza. Y llegó tras un despiste defensivo entre Christian y Garay que aprovechó Higuaín. El argentino rebañó el balón, se lo dio a Raúl y el siete, que cuanto más cerca está del área mejor funciona, superó a un Toño nada afortunado.
Quedó sonado el Racing tras el gol. Además, Higuaín y Robinho estaban cada vez estaban más metidos en el partido, más rápidos, más incisivos. Atrás, Cannavaro parecía el del Mundial y en el centro, Emerson y Diarra cumplían de sobra y formaban un dique muy sólido por delante de la defensa. En el Racing, el de siempre, Munitis, trataba de llevar peligro siempre que el balón pasaba por sus pies, pero lo cierto es que tenía muy poco acompañamiento, ni siquiera el de Zigic, que apenas dejó un par de detalles durante la primera mitad.
Dos penaltis y una expulsión alejan al Madrid del liderato
Buena oportunidad del Racing en una dejada de Zigic a Munitis que desbarató Cannavaro. Se repetía el inicio de la primera mitad, esto es, los de Santander apretando, los de Madrid, como un motor diesel, cogiendo lentamente velocidad. Pero los de Portugal no tenían tanto fuelle y los de Capello se quitaron mucho antes la presión; Marcelo, Emerson, Robinho e Higuaín fabricaron una estupenda jugada de equipo que culminó el argentino con un buen disparo que detuvo Toño con solvencia. Físicamente, el Madrid comenzó a mostrarse superior.
Un nuevo error de Christian que aprovechó Higuaín y salvó Toño por los pelos ponía en evidencia la fragilidad defensiva del Racing, algo que estaba resultado capital, algo que marcaba el rumbo del encuentro. El Madrid, bien plantado, ubicado con buen criterio sobre el césped, no estaba pasando dificultades, y a medida que transcurrían los minutos, con el Racing desfondado, mejor se le ponían las cosas. Sólo Munitis, incansable, mantenía las esperanzas en el Sardinero.
Pero cuando mejor pintaban las cosas para el cuadro de Chamartín, llegó la hora de Turienzo, que señaló penalti a favor del Racing en una entrada limpia de Diarra sobre Scaloni. Y gol de Garay. Empate y veinte minutos por jugar. Y lo cierto es que el Racing, espoleado por el gol, recuperó milagrosamente el resuello; el Madrid, cuando pudo, cuando lo tuvo a su merced, no supo o no pudo rematarlo, y a falta de diez minutos, el partido, los puntos, podían decantarse hacia cualquier lado.
Entró Reyes por Higuaín, lesionado, y Guti por Raúl a falta de cinco minutos. Pero los problemas se acumulaban; Helguera recibió la segunda tarjeta amarilla, de manera injusta, y Turienzo pitó el segundo penalti en contra del Madrid, esta vez más claro, de Diarra sobre Zigic. Y Garay no falló desde los once metros. Derrota con sabor amargo que terminó con Mejía también expulsado y enfado monumental de todo el Real Madrid con el colegiado.
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