El Espanyol tumba a una Real sin argumentos
El Espanyol vence por la mínima
El Espanyol ha obligado a dar un paso más hacia la Segunda división a la Real Sociedad, un equipo que no ha ofrecido argumentos para llevarse la victoria y que ha caído derrotado en el regreso de Miguel Ángel Lotina a Montjuïc por un gol de Coro. El mismo jugador que firmó la salvación del Espanyol el curso pasado con un gol agónico ante la Real Sociedad volvió a ser el protagonista de un partido con los papeles cambiados. Ahora, el Espanyol disfruta de una temporada de sosiego y Lotina entrena a la Real en su intento desesperado de no perder la categoría.
El partido retrató a la perfección el mundo en el que viven ambos equipos. El Espanyol; motivado con la Copa de la UEFA, tibio en la Liga. La Real; inofensiva, sin referencias futbolísticas, es un conjunto falto de fe en medio de una temporada angustiosa que ve la salvación ya a ocho puntos de distancia a falta de nueve jornadas.
Visto el panorama inicial, ni el público de Montjuïc ni los propios jugadores se enchufaron hasta bien entrada la segunda parte. Más que un partido de fútbol, Espanyol y Real Sociedad comenzaron ofreciendo un puñado de rechaces, pases erróneos y despistes, para aburrimiento de una grada apática, tan sólo animada por los 500 seguidores de la Real desplazados a Barcelona.
No cabía esperar un fútbol demasiado elaborado del Espanyol porque su técnico, Ernesto Valverde, cambió de arriba a abajo su alineación con respecto al que jugó en la UEFA ante el Benfica (3-2). Sólo el central Marc Torrejón repitió titularidad y el equipo, con la mente ya puesta en el partido de vuelta en Lisboa, lo acusó.
Ito y Eduardo Costa, encargados de sostener al Espanyol, no conectaron con Jonatas, teórico sustituto de De la Peña, un jugador prometedor, falto de ritmo pero con una excelente conducción de la pelota y protagonista de la única aproximación con peligro del Espanyol en la primera mitad, un disparo lejano que rozó el poste derecho de Bravo.
Tampoco la Real Sociedad se preocupó demasiado por la estética de su juego. Es un equipo condenado a jugar cada partido como si fuera el último, agobiado por una clasificación implacable. Aún no ha ganado un partido lejos de Anoeta y sólo ha marcado cinco goles fuera de casa, detalles que pesan sobre su fútbol como la piedra que Sísifo arrastraba una y otra vez. El partido, después de una primera mitad soporífera, se abrió en la reanudación, cuando Espanyol y Real Sociedad se sacudieron la pereza de verse inmersos en un partido incómodo para ambos.
Fue el Espanyol el más despierto. Kameni blocó un balón tras un córner botado por la Real y construyó un contragolpe definitivo ante la pasividad de la Real. Jonatas condujo la pelota durante 30 metros y habilitó a Coro, muy rápido por la banda derecha, que logró el gol en la segunda jugada, tras el rechace de Bravo. El jugador que acreditó la salvación del Espanyol de Lotina la pasada temporada con un gol en el último suspiro fue el encargado de apuntillar a la Real con otro gol, en la misma portería. Lotina no encontró recursos para contrarrestar la ventaja del Espanyol. Dio entrada a Díaz de Cerio en sustitución de Mikel Alonso, pero la Real no reaccionó, atenazada por la clasificación y sin argumentos ofensivos para acercarse a la meta rival. De Kovacevic tampoco hubo noticias.
Aunque el choque se convirtió en un intercambio de contragolpes, el equipo vasco no dio con la tecla, incapaz de poner en apuros a Kameni, resignado a seguir arrancando jornadas del calendario sin otra esperanza que un milagro de última hora para mantenerse en Primera división.
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