_
_
_
_
Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Perdidos en Riazor

El Deportivo, esforzado, vertical y solidario, superó con claridad al Real Madrid, que jugó sin criterio (2-0)

Debutó Gago, que apenas tuvo presencia en el partido, y también Marcelo, que sustituyó a Salgado, pero los dos se llevaron de Riazor una merecida derrota.

La pradera de Riazor estaba francamente mal, no era desde luego un tapete donde los más técnicos pudieran lucir, un hecho que beneficiaba al cuadro de Caparrós, práctico y peleón, y perjudicaba a los blancos, más técnicos y precisos desde el medio campo. Y así se desarrollaba el duelo, como una suerte de combate entre estilistas y estibadores, de elegantes figuras frente a duros y esforzados cazarecompensas.

Más información
Mijatovic asegura que "el problema del Real Madrid está detectado"

Pero de nada sirvió el planteamiento inicial de Capello, el debut de Gago o Ramos situado de lateral izquierdo, en fin, lo pensado a lo largo de la semana, porque a los diez minutos el Madrid sufrió, como en la película, una serie de catastróficas desdichas; Guti se torció el tobillo, Capdevilla marcó de falta directa y Beckham entró por el lesionado Gutiérrez, lo que desordenó por completo al equipo y dio alas al Depor, muy cómodo en la brega y listo para el contragolpe; a los pocos minutos del gol deportivista, Casillas, muy rápido, tuvo que salir de su área para robarle el balón a Arizmendi, que llegaba solo en una contra que parecía definitiva.

El Deportivo estaba cómodo y el Madrid sufría. Caparrós había soñado con un escenario similar, bueno, ni en sus mejores sueños la cosa se había dispuesto así; el Madrid aturdido y desordenado, sin plan, obligado a adelantar líneas en busca del empate, y su equipo, bien concentrado y metido en el partido, mordiendo para cogerle la espalda a los de blanco, en fin, lo que el sevillano exigía: sacrificio, solidaridad y esfuerzo".

Con los de Capello en coma, Riki y Arizmendi, que estaban motivadísimos, ponían en serios apuros a la defensa del Madrid, sobre todo el ex atlético, que después de tener hasta tres oportunidades muy claras hizo la jugada del partido dejando atrás a cuantos defensores le salían al paso, Casillas incluido, pero cuando ya estaba batido el de Móstoles mandó la pelota al palo; gran jugada, excepcional, pero tenía a Riki sólo y pecó de egoísta, aunque si llega a marcar…

Emerson, en una jugada que recreaba el juego de su equipo, esto es, desorganizado y anárquico, mando el balón al larguero de la portería de Aouate tras una serie de rechaces, rebotes y faltas sin pitar. En otro coletazo, en los minutos añadidos a la primera mitad, Ramos remató fuera por muy poco un corner de Beckham. Bueno, al menos, los blancos se fueron a la caseta con alguna muesca en el revolver.

Ni con Ronaldo

Calentaban Ronaldo y Marcelo, pólvora brasileña, y en el campo Fernando Gago parecía tener más presencia y participación que los primeros cuarenta y cinco minutos. Por lo demás, errores defensivos, poco control, mucha brega y Arizmendi, empeñado en amargarle la noche a Cannavaro y Helguera con su velocidad; una nueva jugada del joven delantero, en la que superó una vez más a Cannavaro, supuso el segundo gol de su equipo, de Cristian, que rebaño el balón dispuesto por el canterano del Atleti.

Salió Ronaldo, por Gago, que no tuvo apenas presencia en el partido, y Marcelo sustituyó a Michel Salgado. Comenzaba a llover sobre Riazor y aunque el Deportivo ya no tenía tanto gas y perdía efervescencia, Arizmendi no se cansaba de crear peligro y el Madrid no ofrecía ninguna sensación positiva. Ni con los cambios. Es más, alguno ya empezaba a perder los nervios, como Beckham, que mereció ser expulsado y sólo vio una amarilla por una entrada por detrás a Riki.

El encuentro entró en una fase muy descontrolada, ciertamente aburrida, llena de imprecisiones, faltas y parones, con el Depor barriendo para casa, comodón, y el Madrid aturdido sin saber a qué jugar. Sólo llegó peligro a la portería de Aouate en algún lanzamiento de falta de Beckham, pero no estaba la noche ni para esas.

Faltaban cinco minutos. Todo estaba liquidado, no sufría el Depor, no empujaba el Madrid, todo bajo control, así que dio tiempo para ver a uno de los mejores jugadores españoles de vuelta a los terrenos de juego; Juan Carlos Valerón, otra vez entre nosotros tras un interminable año de sufrimientos.

Beckham, cabizbajo
Beckham, cabizbajoREUTERS
El FC Barcelona saca, a la postre, un valioso empate de su visita a GetafeVídeo: ATLAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_